La expedición de Edurne Pasabán al Annapurna llegó al campo base, situado a casi 4.000 metros de la cumbre principal de este monte, que la alpinista guipuzcoana confía en convertir en su decimotercer «ochomil».
Pasabán y su equipo llegaron en helicóptero al campo base, tras lo que comenzará a trabajar en la ruta que espera que le lleve a la peligrosa cumbre del Annapurna, de 8.091 metros.
la expedición ha conseguido llegar al campo base cinco días antes del inició de la primavera y antes también que ningún otro alpinista de los que este año intentarán coronar la montaña.
El único helicóptero disponible en la zona es un aparato pequeño que solo puede transportar dos personas además del piloto, por lo que fueron necesarios diez viajes hasta dejar a salvo al pie de la montaña a Edurne junto al resto de escaladores, los tres cámaras delo programa de televisión «Al filo de lo imposible», los sherpas de altura y el personal de campo base.
Tras alcanzar el campo base, Edurne Pasabán ha explicado que nada más mirar «los casi 3900 metros» que separan a la expedición de la cumbre sintió «las ganas de empezar» y «la adrenalina del cuerpo» al ponerse «en marcha».
El campamento
A lo largo de la jornada de ayer, los alpinistas montaron el campamento, organizado el material y realizado la Puja , la ceremonia de ofrenda a los dioses de la montaña, en la que se les pide permiso para entrar en su territorio y protección durante la escalada.
Edurne Pasaban se encuentra en el Himalaya, con el doble objetivo de ascender el Annapurna (8.091 metros) y el Shisha Pangma (8.027 metros) que son lo dos únicos ochomiles cuyas cimas no ha hollado todavía.
De conseguirlo, la deportista tolosarra podría convertirse en la primera mujer en la historia que completa los llamados catorce ochomiles del planeta.