Laporta no lo planearía mejor

DEPORTES

12 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Media España futbolística llora, al tiempo que la otra ríe. Los aficionados, además de llevar en el corazón el escudo y los colores del equipo de la ciudad en donde discurrió su niñez, le guardan una fidelidad de por vida. Esos aficionados también confiesan simpatía por otro de los equipos grandes, el Madrid y el Barcelona. Cuando Felipe González llegó al poder, en 1982, le preguntaron a Alfonso Guerra si los españoles seguían o no divididos en dos bandos, y él contestó: «Sí, claro, unos son del Madrid y otros del Barcelona».

Eso sigue siendo verdad y fue de lo que hablamos el paisano y yo en la mañana de ayer. Como el uno y el otro fuimos creciendo en aquellos tiempos en los que hablar de política estaba prohibido, nos acostumbramos a los temas de fútbol sin dejar de reconocer que la política está en primer plano. Sin embargo, ayer, hoy y durante varios días de lo que hablará es del bombazo de los franceses sobre el Bernabéu, haciendo saltar por los aires el proyecto de Florentino que había conseguido de la UEFA traer la final de la Champions al campo del Madrid. Lo sucedido invadió al madridismo de una ola de amargura, según leíamos ayer en La Voz, donde Fernando Hidalgo apuntaba la posibilidad de que el Barcelona llegue a la final europea y, además, la gane. Lo que se vio anteanoche en el Bernabéu, ni Laporta lo hubiera planeado mejor.