El Guijuelo aprovechó un penalti para imponerse al equipo granate, que solo creó peligro a balón parado
18 ene 2010 . Actualizado a las 11:40 h.El Pontevedra se estrelló contra su falta de acierto ante la puerta contraria y le entregó el triunfo en bandeja a un Guijuelo, que solo necesitó una jugada aislada resuelta con un penalti de Iván Malón para hacerse con los tres puntos después de diez largas jornadas sin ganar. Esta victoria le permite salir de las posiciones de descenso. Mientras, los jugadores granates quedan muy tocados ya que la ansiada fase de ascenso queda demasiado lejos.
La primera mitad fue intensa. Los locales salieron al terreno de juego con la clara intención de sentenciar el encuentro por la vía rápida y eso quedó patente en el derroche físico que realizaron los jugadores salmantinos durante el período inicial.
El Guijuelo trató de mover el balón con criterio y buscó la portería contraria en todo momento, pero el gol se hizo esperar. La primera gran ocasión local llegó tras una perfecta combinación entre Neftalí y Eloy, que este finalizó con un disparo que se marchó fuera por poco. Solo habían transcurrido tres minutos de encuentro.
El Pontevedra, por contra, únicamente se acercaba con peligro hasta la portería defendida por Montero a través de jugadas a balón parado. Víctor Bravo se convirtió en el gran protagonista de este tipo de acciones. Su primera intentona, al ejecutar una falta directa, acabó con el balón desviado.
Segundo aviso local
A los 10 minutos llegó el segundo aviso castellano. Romero se marchó de dos defensas granates, pero su disparo no encontró puerta. El Guijuelo ya tenía el partido controlado y todo dejaba entrever que un tanto le daría alas y pondría el encuentro patas para arriba.
El Pontevedra volvió a intentarlo a balón parado, de nuevo con Bravo como ejecutor del lanzamiento directo a portería. Su disparo se marchó unos centímetros por encima del larguero. El equipo granate lo intentaba, pero la estrategia no era suficiente para intimidar a la defensa y al portero rivales.
Así las cosas, el Guijuelo continuó con el dominio y el control del balón y explotó ambas bandas para tratar de romper el cerocerismo. Otra de sus armas fueron las rápidas contras por el centro del ataque que llevaron peligro a las inmediaciones del área de Orlando Quintana.
La polémica salpicó al partido a los 23 minutos con una jugada que pudo ser clave. Romero recibió un balón en profundidad y se metió en el corazón del área. Su derribo provocó las airadas protestas de sus compañeros y de la grada del Municipal de Guijuelo porque el árbitro ordenó que continuara el juego.
La réplica granate llegó al borde del descanso. Fue la mejor ocasión del Pontevedra, que pudo cambiar el devenir de los acontecimientos. Iván Carril ejecutó una lejana falta, a la altura de los banquillos, que acabó con el balón suelto en el interior del área. Charles recogió el esférico y golpeó con contundencia, pero su disparo lo desvió Montero en una gran intervención.
En la segunda mitad la pelota no tuvo un claro dueño, pero el Pontevedra lo intentó más en los primeros instantes. El Guijuelo trató de reaccionar y dio muestras de despertar en un balón largo al que no llegó Leroi. Quintana se adelantó.
Gol y tiro de Charles al poste
De inmediato llegó la jugada que decidió el partido, en otra pelota en profundidad a Romero que acabó derribado por Iván Malón. Iturralde se encargó de materializar la pena máxima.
El 1-0 hizo que el Guijuelo diera un paso atrás y el Pontevedra se volcó en busca de la igualada, pero una vez más solo fue capaz de generar peligro a través de la estrategia. El empate sobrevoló el Municipal salmantino en el minuto 70, pero el disparo de Charles desde fuera del área lo repelió el poste.
El susto alertó al Guijuelo que trató de contemporizar el juego y de explotar las armas necesarias para frenar los ataques granates. No obstante, también pudo resolver el encuentro un suspiro después a través de un pase de Caneda a Neftalí, que concluyó con un disparo que desvió Quintana.
En los últimos minutos, el Pontevedra achuchó al Guijuelo, quien pudo romper el partido con un disparo de Ismael que se marchó fuera.