Jean Marie Okutu, que destaca por su elasticidad y velocidad, entra en la élite de la longitud al mejorar su salto en 30 centímetros tras cambiar la técnica de carrera
04 ago 2009 . Actualizado a las 02:24 h.El campeonato de España confirmó que una nueva referencia del salto de longitud viene en camino. Jean Marie Okutu, nombre que esconde a un marinense de pura cepa aunque nacido en Ghana, ha pegado un salto vertiginoso de 30 centímetros en sus marcas, ha conseguido el segundo mejor registro del año y el duodécimo de todos los tiempos en el atletismo español. Fría estadística que confirma que el sucesor de Yago Lamela está en camino.
Aunque en realidad entre el pontevedrés y el avilesino no se encuentra ninguna coincidencia. Okutu tiene más pinta de Pedroso. «Es rápido, elástico y alto como el cubano. Lo hace todo con naturalidad. Es un saltador nato», precisa Juanjo Azpeitia, el gallego que ha modelado a Lamela y que 37 años después ha conseguido desprenderse de su récord autonómico (7,66) en beneficio, claro está, de Jean Marie. «Le he dado un abrazo y le he dicho que ya era hora», comenta el profesor.
El acelerón se produce por un cambio en la entrada. Okutu tiene como principal cualidad la velocidad -es capaz de correr los 100 metros en 10s 70d- y su gran problema era el control de carrera. De la mano de Javier Medrano, la transformación ha sido radical: «Corría agachado y se cerraba en la entrada. Ha conseguido cambiar su posición de carrera. Hemos trabajado mucho los cuatro últimos apoyos y ahora es capaz de saltar casi sin frenar controlando su vuelo». Como consecuencia, ha saltado 7,94 metros en Barcelona, una marca que le hubiese asegurado el campeonato de Europa juvenil esta temporada.
Este cambio para la batida solo es un primer paso. Su índice de mejora parece infinito. Azpeitia sentencia: «Tiene un mundo por delante», y su discípulo Medrano relata la letra pequeña: «Puede mejorar la técnica y todavía puede ser más rápido». En el primer aspecto a veces comete incorrecciones en la caída. Cuando está en el aire utilizado el método de los tres pasos y medio (el que usan el 90% de los saltadores) y en el momento de caer no lo hace con los dos pies juntos, lo que traducido al resultado puede suponer diez centímetros.
A nivel mental, la madurez es la cualidad de referencia a destacar en Okutu. Si quedaba alguna duda, en Montjuich, ante dos olímpicos como Joan Lino Martínez y Felipe Méliz, lo demostró. «No se altera. Es impresionante que un chico novel pegue ese castañazo en el último salto cuando tiene a dos olímpicos achuchándole», apunta el cangués afincado en Asturias. Javier Medrano, que lo conoció de muy niño en el colegio, apunta que la disciplina y la dedicación plena lo han acompañado desde pequeño. También unas ganas inmensas de aprender y de abrirse paso en su deporte.
Con 20 años recién cumplidos resulta difícil aventurar en dónde puede estar su techo. Su entrenador habla entre dientes de 8,50 metros, la misma distancia que señala sin tantos reparos Juanjo Azpeitia: «Resulta imposible conocer sus límites, pero es un chaval joven que en poco tiempo puede estar para los 8,50 metros». De entrada, aventura que su actual marca «le va a durar dos telediarios».
Hoy mismo, en la Copa de clubes, intentará abordar la mínima B (8,05) para el Mundial de Berlín. Debutar con la selección absoluta sería la guinda a un año de ensueño.