Adolfo Pulgar, el entrenador del Universidad de Oviedo, tiene claro que para parar al Ourense debe frenar su línea de creación en el centro del campo. El técnico asturiano ya conocía ayer el accidente de Moisés Pereiro y se congratulaba de que hubiera salido ileso.
-¿Esperan superar la eliminatoria después del 2-1 de O Couto?
-El resultado de 2-1 no es malo para un equipo visitante y tenemos esperanza de ganar aquí.
-¿Qué conclusiones sacó del partido de ida?
-Que el Ourense es un buen equipo. Entre el minuto 50 y el 75 pudo sentenciar, nos tuvo contra las cuerdas. La primera parte fue nuestra hasta el minuto veinte y también en el tramo final cuando ajustamos las líneas, creamos buenas contras aunque fallamos en los últimos pases.
-¿Le sorprendió algo del equipo ourensanista?
-No, lo que ya revelaban los informes. Que es un buen equipo, que da un buen trato al balón, similar a nosotros. Un equipo histórico además y que juega bien al fútbol.
-¿Se sienten más arropados en su campo, donde han perdido cuatro partidos y sólo tres veces quedaron sin marcar?
-Arropados no, porque el club tiene pocos socios y no tiene directiva. Pero es nuestro campo y en él solemos hacer goles, pero eso son solo estadísticas. Aunque no por el ambiente, ya que seguramente habrá tantos aficionados del Ourense como del Uni.
-¿Fue la línea defensiva su principal problema en el partido de O Couto?
-No es tanto un problema de la línea defensiva si el otro equipo te llega en oleadas. Perdimos el sitio en el centro del campo. Tenemos que tratar de que el Ourense no juegue en su zona de creación, donde tiene buenos jugadores como Moisés. Ya me enteré de su accidente y me alegro de que haya salido ileso. Pero lo que pasó en O Couto fue que perdimos el sitio y nos llegaban en superioridad. Tenemos que evitar que hilvanen jugadas ahí.
-¿Irán a buscar un gol tempranero?
-Es importante lograrlo, pero sin obsesionarnos porque el partido durará noventa minutos y si vas a lo loco hacia la portería contraria nos pueden hacer daño a la contra. Hay que buscar la victoria, pero de nada sirve la precipitación.