Valerón celebró su regreso a la titularidad en Riazor con el gol de la victoria frente al cuadro israelí
27 jul 2008 . Actualizado a las 18:19 h.Es cierto que ganar hoy la Intertoto es eliminar a doble partido a una medianía de latitudes poco futboleras, pero al menos el Deportivo ha metido la cabeza en la ronda previa de la Copa de la UEFA y que atisba en el horizonte la competición continental. La de verdad.
La Intertoto sirvió para asistir al debut oficial de Zé Castro, Omar Bravo y Mista y para comprobar las buenas sensaciones que sigue dando Valerón, aunque sea frente a un adversario sin fútbol.
Y a falta de fútbol, agresividad y dureza. Es una receta tan vieja como este deporte, pero quizá la única alternativa del Bnei Sakhnin para nivelar fuerzas con un Deportivo infinitamente superior.
El rival israelí buscó sin pudor las piernas de los blanquiazules para castigar pantorrillas sin excesivo disimulo y con un objetivo prioritario: Valerón. Mentía como un filibustero el entrenador Fredy David cuando aseguraba un día antes del partido que no era El Flaco el que le preocupaba en el Dépor, sino que había varios futbolistas clave, entre los que citaba a Filipe o a Juan Rodríguez. El canario jugó con perro de presa incorporado cada vez que atravesó la línea medular, y es obvio que la orden de segar su talento en cuanto recibía de espaldas venía del banquillo.
Y ya que el partido no daba mucho de sí, tal vez lo mejor haya sido comprobar el rendimiento de Valerón en unas circunstancias que se van a repetir con frecuencia durante la Liga, por desgracia.
El Flaco resistió estoicamente las caricias de estos amigos del perfume y no tardó en encontrar los espacios adecuados para sacar a relucir su varita mágica. Valerón, todavía sin la forma adecuada y con el recorrido propio de un futbolista de 33 años, sigue siendo un lujo para un equipo de fútbol, porque el partido se divide siempre en lo que es capaz de hacer él y lo que hacen los demás.
El Flaco lleva el fútbol en la cabeza y con eso hace jugar a todo el Deportivo, deslumbrando en cada pase o cada vez que deja pasar un balón con inteligencia. El placer de verlo de titular en Riazor después de dos años y medio largos de lesión de rodilla tuvo su colofón en el gol que inauguró el marcador después de una precisa combinación entre Filipe Luis y Riki.
Otra cuestión es si Valerón debe recibir el juego tan atrás, expuesto a las tarascadas, o si como pregonaba Caparrós es necesario protegerlo con el área, más arriba.
Agradó Zé Castro en su debut, pues se mostró como un central de buen trato con el balón y con una gran autoridad por alto. Mista y Omar Bravo tuvieron menos tiempo para demostrar sus cualidades.
El partido no tuvo un gran ritmo de juego, pero es imposible exigírselo al Deportivo con la pretemporada todavía en pañales. Además, el decepcionante Bnei Sakhnin arrojó la toalla muy pronto, en cuanto se dio cuenta de que carecía de argumentos para inquietar a Fabricio. Resuelto este trámite, el Deportivo deberá superar una ronda previa y una eliminatoria directa para meterse en los grupos de la UEFA.