Tras una semana loca el Celta se cita con la permanencia ante el Cádiz

X.R. Castro

DEPORTES

18 may 2008 . Actualizado a las 02:17 h.

Y de repente fútbol vestido de partido trascendental. Aunque no lo parezca, después de la dimisión de Antonio López, del nombramiento de Alejandro Menéndez, de la salida del consejo de Julio César Silveira, del enésimo despiste de Quincy y de la irrupción de los aficionados en el entrenamiento de A Madroa, el Celta afronta esta tarde (18 horas) una cita clave para respirar, al menos en lo deportivo, ante un Cádiz que acude todavía más necesitado.

En esta loca semana el partido siempre ha estado en un segundo plano. El fútbol hace tiempo que dejó de ser noticia en el Celta, enfrascado en otras batallas todavía de mayor calado para su futuro. Pero la continuidad en Segunda A es imprescindible y lo menos que se puede reclamar en tan desastrosa temporada. Es, en apariencia, la primera piedra del futuro.

Para certificar virtualmente la permanencia a falta de cinco jornadas y no hinchar todavía más el globo de la desesperación, Alejandro Menéndez quiere dejar resuelto el problema en su primera comparecencia. De entrada ha perdonado a Quincy su falta en el entrenamiento del viernes y no puede descartarse que dos meses después salte al campo como titular, recuperando su vieja posición en la banda izquierda. El ahora ghanés no será la única novedad. Canobbio regresa como enganche, Michu tiene todos los boletos para volver a imponer su presencia en el pivote y tras la afrenta de Sevilla George Lucas recupera su posición en el lateral derecho.

En lo táctico, únicamente será perceptible la vuelta al 4-2-3-1, aunque Menéndez quiere impregnar las pautas que han hecho sobresaliente al filial: verticalidad y presión. Este último aspecto debe obrar además de agente psicológico, ya que le parece la mejor pócima para que el equipo no sufra sus conocidos bajones, especialmente en los segundos tiempos. A diferencia de la creencia general, el nuevo técnico descarta se deba a un problema físico.

El Cádiz será el encargado de examinar al Celta de Menéndez y con los amarillos llega Gustavo López, el último icono del celtismo. El argentino será una amenaza en lo deportivo y un arma arrojadiza en los institucional. La herida de su salida de Vigo todavía no está cicatrizada diez meses después. Por encima, de amarillo también viste Dani, uno de los enemigos declarados del celtismo.

Será una lucha entre grandes el apuros. Los dos se postularon en el verano parado para el ascenso y ambos proyecto se dieron de bruces con celeridad. Los dos se aferran ahora a la permanencia como un mal menor. Por eso Balaídos está abocado a vivir un partido de músculo, de imprecisiones y de nervios. Si el Celta sale indemne quizás se pueda eludir el plebiscito. De lo contrario, todo puede pasar en coliseo vigués.