Mucho escándalo para tan poco fútbol

DEPORTES

Las actuaciones extradeportivas de directivos y radicales de diferentes clubes de Primera División están destacando más que el balompié practicado por sus equipos

21 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Ocho meses dan para mucho y si el fútbol está por medio para más. Desde que a finales de agosto del 2007 comenzó a rodar el balón en la Liga española, los acontecimientos negativos se han sucedido. Desde escándalos económicos a problemas judiciales, pasando por brutales agresiones o insultos. Y todo ello antes de llegar a la recta final del campeonato, cuando todo se decide y los nervios afloran. A continuación un ejemplo de diez clubes que se han visto envueltos en situaciones antideportivas.

1

Después de varias semanas en las que los aledaños del estadio azulgrana exhibían pintadas contra la gestión de su presidente, un grupo de Boixos Nois decidió el sábado emplear la violencia para mostrar su disconformidad con la gestión del presidente y su junta directiva. Un cristal roto y bengalas en el antepalco provocaron la intervención policial contra una peña a la que es habitual encontrar protagonizando acciones de este tipo y peores.

2

Desde la llegada de Ramón Calderón a la presidencia, el Real Madrid es un nido de escándalos. El último salpica al presidente y a su colaborador Alfonso Carrascosa. En su afán por controlar la asamblea de socios, los rectores del club blanco habrían ofrecido abonos anuales a cambio de obtener el voto para nombrar compromisarios afines a la gestión de Calderón. Tras la denuncia por parte de la Cadena Cope, la directiva del Madrid intentó paralizar el proceso, pero la junta electoral ya le advirtió de que esta acción es ilegal.

3

Una vez más el estadio del Atlético de Madrid fue escenario de un nuevo incidente protagonizado por la afición. Tras la derrota del pasado sábado contra el Betis, la hinchada colchonera volvió a dirigirse con insultos al palco y a su entrenador. El grito de «¡Aguirre, vete ya!», sonó con fuerza a la orilla del Manzanares.

4

Varios meses sin cobrar llevan los futbolistas azulgranas y la situación comienza a ser insostenible. Tanto que la plantilla amenaza con convocar una huelga indefinida en caso de que esta semana no cobren. Esta situación generaría un caos en la competición, ya que habría que anular los puntos cosechados en la segunda vuelta por el resto de clubes de Primera en sus enfrentamientos con los valencianos.

5

El Betis es uno de los clubes que cuentan con más posibilidades de liderar una clasificación de escándalos. La entidad de Manuel Ruiz de Lopera ha protagonizado dos en las últimas semanas. El primero fue motivado por un hincha verdiblanco que lanzó una botella al campo durante un partido de Liga contra el Athletic. El resultado fue que Armando, el portero rojiblanco, tuvo que recibir varios puntos de sutura y causó baja durante algún tiempo.

En los despachos, el protagonista fue el máximo mandatario bético, imputado por la Fiscalía de Sevilla por, supuestamente, haber desviado dinero del club a sus empresas privadas.

6

Otro club confeccionado para luchar en los puestos altos y que se está viendo con problemas es el Valencia. Uno tras otro, los conflictos se suceden en Mestalla. Enfrentamientos con las asociaciones de vecinos que se oponen al pelotazo inmobiliario de Mestalla, líos internos motivados por las luchas de mando entre diferentes estamentos del club y un vacío de poder tras la decisión de Koeman de apartar del equipo a Albelda y Cañizares han creado una situación insostenible en Valencia.

El esperpéntico capítulo vivido con el capitán y el portero crispó a la afición, que respondió con pintadas e insultos al palco de autoridades. Ni ganar la Copa del Rey calmó a los hinchas que acabaron la final entonando el ya habitual «¡Koeman, vete ya!».

7

En la otra Sevilla, la rojiblanca, tampoco anduvieron las aguas tranquilas esta temporada. El 23 de marzo, coincidiendo con la visita del Atlético de Madrid al Sánchez Pizjuán, un hincha colchonero fue brutalmente agredido por un grupo de radicales del conjunto de la capital andaluza.

8

Otro conflicto judicial tiene lugar en A Coruña. El último caso grave ha sido la presentación por parte del ex auditor del Deportivo de una denuncia por la supuesta falsificación de su firma en un informe. Esa documentación fue la que, al parecer, la entidad que preside Lendoiro envió el año pasado a la Federación Española de Fútbol para conseguir la licencia UEFA. La denuncia fue admitida a trámite y trasladada notificación a la Fiscalía para proceder a la autoincoacción de previas.

En los tribunales acabaron también los porteros blanquiazules Munúa y Aouate, tras la agresión del uruguayo al israelí en el vestuario. La Fiscalía de Betanzos actuó de oficio y denunció el hecho. Tras un juicio rápido el sudamericano fue condenado a seis meses de prisión y una multa de 3.600 euros.

9

El club aragonés pasó de iniciar la temporada aspirando a clasificarse para jugar la próxima edición de la Liga de Campeones a luchar por evitar el descenso. Entre estas dos situaciones, por La Romareda han pasado, de forma más o menos efímera, cuatro entrenadores. La respuesta de la afición ha sido esperar a los jugadores a la salida de su estadio para increparlos. El triunfo del pasado sábado frente al Recreativo ha servido para calmar un poco los ánimos de una hinchada que ya demostró hace cinco temporadas hasta dónde puede llegar su enfado.

10

Hace una semana, la Policía Nacional evitó en A Coruña lo que pudo haber sido una tragedia, al descubrir a un grupo de radicales del Athletic de Bilbao con un importante cargamento de piedras y petardos. La intención de esos miembros de Herri Norte era entrar en la grada de General del estadio municipal de Riazor, localidad que ocupan los Riazor Blues, con los que mantienen una conocida enemistad. De haberlo conseguido, el enfrentamiento podía haber sido dramático.

Semanas antes, la hinchada bilbaína había protagonizado otro hecho bochornoso. Tras el asesinato en Mondragón del ex concejal Isaías Carrasco, la directiva rojiblanca decidió guardar un minuto de silencio antes del partido contra el Valladolid. Esta actuación histórica apenas duró 15 segundos por culpa de las consignas lanzadas por algunos radicales que consiguieron evitar este acto de respeto.