El Fabril se sostiene en el liderato tras un brillante encuentro sin fruto. Con el francés Lassad lesionado y Hugo García convocado por el equipo juvenil, los rehabilitados Rivera y Aridane, fuera de las convocatorias en las últimas jornadas, recuperaron su puesto en el filial, pero volvieron a desnudar sus carencias. Frente a un rival por el ascenso que fue barrido en el mediocampo y apenas creó ocasiones, el ataque se convirtió en la línea más floja del equipo coruñés, que clamó durante todo el partido por un goleador.
El Universidad salió de Abegondo con un punto que le supo a victoria. En cualquier caso, el vendaval fabrilista esperó a la segunda parte. Quizá la presencia de un amigo de Ronaldo en el ataque canario intimidó a los locales. Carlos Edmundo Ferrari, Cacá, un gigantón brasileño que recaló a la Liga española en el 2003 en las filas del Salamanca con el aval del entonces goleador del Real Madrid, incordió con insistencia a la zaga más segura de la categoría. Adrián y Laure se pasaron la primera parte atacados de los nervios. El central pifió en el gol visitante, cuando no logró despejar un balón perdido en el mediocampo y permitió que Willy se plantase solo ante Manu para batirlo. Faltaban dos minutos para el descanso y el partido pintaba mal. En cambio, los locales regresaron al campo renovados.
El Fabril comenzó a carburar, derrochó esfuerzo y trituró a un rival boquiabierto. Álex se hartó de recuperar balones y las escabechinas de Guille entre líneas levantaron aplausos.
Pita merece mención aparte. El mediocentro, retornado al Fabril tras una temporada en el Logroñés, dirigió el juego de su equipo, estrelló una falta en el larguero y celebró su quinto tanto. El empate tuvo una dedicatoria especial. Nada más marcar, el jugador corrió hacia la grada a dedicárselo a su sobrina pequeña. Fue el gol de Nora, que convierte a su tío en el máximo goleador del líder de la Segunda B.