Aguas claras y tranquilas

DEPORTES

13 dic 2007 . Actualizado a las 09:10 h.

Confieso que me tranquilizó soberanamente enterarme ayer de que volvía a reinar el buen ambiente en el grupo que dirige Miguel Ángel Lotina, quien, sin comerlo ni beberlo, había sido colocado en el ojo de un huracán que no se sabía cómo ni por qué iba de lleno contra él. Esto sucedía justo en vísperas de un partido tan importante como es el del domingo contra el Zaragoza. Confieso que tal coincidencia me dio mucho que pensar, originando incluso una desazón que desapareció ayer cuando un redactor de La Voz me dijo: «Oye, todo volvió a la normalidad, e incluso Lotina recobró la serenidad».

Esto se originó, como saben los seguidores del Deportivo, por una información anónima y confidencial que se leía anteayer en Marca y de la que el entrenador se enteró tarde, justo cuando iniciaba una rueda de prensa que registraría de inmediato un giro de más de noventa grados, pues el técnico se sintió como traicionado y, sin tiempo para reaccionar, no acertó a enfocar la situación con calma. En vez de pasar por encima de lo que se le planteaba, entró al trapo. Esto debió evitarse informando a Lotina antes de que se sentase frente a los periodistas.

De cómo surgió el lío ya se habló ampliamente ayer, y del desenlace se da cuenta hoy para tranquilidad de los seguidores del Deportivo, que ya están preocupados sin necesidad de presentarles episodios como este, que lo único que hacen es enturbiar unas aguas que, más que nunca, el equipo necesita que bajen claras y tranquilas.