La decisión del gobierno local de adaptar la nomenclatura de cien calles de la ciudad al gallego, en cumplimiento de la Lei de Normalización Lingüística, no ha caído muy bien en algunos sectores sociales y políticos coruñeses. Tanto PSOE como BNG defendieron ayer que se trata de un trámite que ya se ha realizado en todas las ciudades de Galicia y que simplemente afecta a la toponimia y microtoponimia.
La portavoz del grupo municipal socialista, Carmen Marón, aseguró que este es un trabajo que se viene realizando en el Ayuntamiento desde hace tiempo, «con tranquilidad y serenidad», aseguró, y que se irá completando como ya se hizo en el resto de ciudades de Galicia. Desde el PSOE también confirmaron que al tratarse de correcciones en el nombre de las calles, no de dar nuevos nombres, en principio no es necesaria la aprobación plenaria.
Por su parte, la concejala de Mocidade e Normalización Lingüística, Ermitas Valencia, aclaró ante la «confusión» creada por la asociación vecinal del Ensanche que no se cambiará el nombre de ninguna calle, simplemente se adaptará al gallego: «Non se trata de cambiar Juan Flórez por Xoán Flórez, iso non o imos facer: os nomes propios seguirán tendo a súa forma actual. O que se cambiarán serán os topónimos, que adoptarán a forma en galego que está definida pola comisión de toponimia de Galicia». De esta forma, calles como Mellid, Monasterio de Caaveiro, Riego de Agua o la avenida de Arteijo pasarán a denominarse rúa Melide, Mosteiro de Caaveiro, Rego de Auga o avenida de Arteixo.
Por su parte, el portavoz del grupo municipal del PP, Carlos Negreira, aseguró que «no parece razonable» hablar de incorrecciones lingüísticas al referirse al nombre de las calles, «como si el castellano fuera incorrecto». Añadió, en esta línea, que «decir que lo que está en castellano es incorrecto revela esa particular visión que tienen algunos de la lengua».
«Bilingüismo cordial»
Negreira recordó que el PP defiende un bilingüismo «cordial, armónico y que nos permita a todos expresarnos como queramos en la lengua que queramos». Aseguró que no existe un derecho de las lenguas, sino un derecho de las personas a poderse expresar en uno u otro idioma. También indicó que «esta percepción de que estamos ante incorrecciones lingüísticas por usar el castellano es una visión reduccionista de la sociedad», a la que el PSOE, según Negreira, está colaborando y entregando la mayoría social coruñesa a la minoría de la sociedad coruñesa. «El PP no va a dar el visto bueno a ese tipo de afirmaciones porque no las compartimos», dijo el portavoz de los populares.
La concejala nacionalista Ermitas Valencia replicó al PP que las 101 calles que se incluyen en el listado tienen nombres «incorrectos» ya que uno de los artículos de la Lei de Normalización Lingüística deja muy claro que la única forma de los topónimos gallegos son en gallego. «¿Que outra interpretación ten iso? Non é algo que se poida interpretar. De feito, o Concello perdeu moitos cartos intentando reinterpretar esta lei no caso do topónimo da cidade e do 'L'».
Carlos Negreira reconoce que la iniciativa es para cumplimiento de una ley «que se aprobó consensuada por todos los partidos, pero hace 25 años». Añadió que las leyes cuando se aplican pueden llevarse a los máximos o se pueden adecuar a las realidades sociales. «Lo que está haciendo este gobierno es llevar a los máximos la aplicación de esa ley obviando la realidad social 25 años después de la ciudad de A Coruña. Y eso es lo que no compartimos», afirmó.
Tampoco aprueban la iniciativa del gobierno municipal Unión Coruñesa. Esta agrupación considera que es un «intento de desdibujar la personalidad coruñesa» que, según denuncian, va ocultándose «en decretazos y acuerdos políticos ajenos a los intereses de los ciudadanos». Felicitaron a la Asociación de Vecinos del Ensanche por «su valentía» al pronunciarse «sobre lo que está sucediendo».
Por su parte, el vicepresidente de la Xunta, el nacionalista Anxo Quintana, se refirió ayer a la polémica por el topónimo coruñés durante un encuentro organizado en A Coruña por el Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia. «Ao final fixémolo. A paciencia é un virtude revolucionaria», indicó en relación al desistimiento del Concello en los recursos por la «L».