Vecinos de la plaza del Humor dicen que este fin de semana durmieron unas cuatro horas por noche
28 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Como se temían los vecinos de la Ciudad Vieja y la plaza del Humor, el buen tiempo del pasado fin de semana les devolvió un problema del que llevan quejándose años, como es el ruido y la suciedad que genera el botellón ante los portales de sus casas. De hecho, denuncian que un gran número de pandillas se llevaron este fin de semana no sólo botellas de bebida, sino la cena para comer en la calle.
«Como los días son más largos y hacía calor, muchos se trajeron sus pizzas o hamburguesas con el resultado de que al día siguiente había montones de restos de comida, cartones y cientos de servilletas», explica Blanca Villalta, vecina de la plaza del Humor.
Hasta más tarde
Al igual que sus vecinos, Villalta dice que este fin de semana sólo pudo dormir unas cuatro horas por noche, puesto que los jóvenes alargaron la velada y estuvieron en la calle hasta pasadas las cuatro de la mañana. «Lo único que nos queda es acostarnos pronto, para poder dormir antes de que se llene la plaza del todo, porque en ese momento ya no se puede aguantar en la cama», explica y detalla que ella el sábado se puso el pijama poco después de las once, pero a las tres de la mañana ya estaba completamente desvelada por el ruido del botellón.
Villalta cree que la presencia policial este fin de semana fue intermitente y escasa. «Vienen y se van, casi da igual porque no hacen nada por evitar el ruido o que se ensucien o rompan las cosas», denuncia esta residente de la plaza del Humor, cuya asociación de vecinos acaba de constituirse y se presentará de forma oficial esta semana.
Mucha gente en Azcárraga
Anxo Varela, uno de los portavoces de afectados por el botellón en la Ciudad Vieja, asegura que en la plaza de Azcárraga también hubo gran afluencia de botelloneros durante el fin de semana. Aunque los residentes ya se temían que el buen tiempo les devolviese las molestias de las pandillas, Anxo Varela explica que la realidad superó a la peor de las previsiones.
«Houbo moitísima xente ata as catro da mañá e deixaron todo cheo de basura, a verdade é que non sabemos qué se pode facer, porque non hai vontade política de arranxar o problema», argumenta. Al igual que la representante de los residentes en la plaza del Humor, considera que la vigilancia de la policía no es suficiente para acabar con el problema, ya que los agentes tienen las manos atadas. «É un asunto sin solucionar e que cada vez parece que vai a peor», sentencia.
«Cuando hay poca gente en el botellón es porque los chavales no quieren ir, no porque las autoridades hagan algo», añade a este respecto Blanca Villalta.