Los residentes en la Ciudad Vieja exigen medidas contra el botellón

A CORUÑA

La asociación de vecinos del casco antiguo no colaborará en las fiestas del Rosario en señal de protesta

25 sep 2007 . Actualizado a las 12:16 h.

«Cando chove, para nós é toda unha bendición porque os rapaces vanse e pódese durmir». Son palabras de Anxo Varela, el vocal de la asociación de vecinos de María Pita y Ciudad Vieja. Éstas describen perfectamente el ánimo de muchos de los vecinos que sufren cada fin de semana las molestias ocasionadas por el botellón en la plaza de Azcárraga. Se trata de uno de los nuevos puntos negros de la movida nocturna, junto a otras zonas como la plaza de Vigo, el Orzán o la plaza del Humor.

«Cronoloxicamente, hai un par de anos que se fan concentracións etílicas masivas nesta praza», explica Varela, que considera que los residentes están completamente desasistidos por parte del Ayuntamiento. «Mandámoslles un manifesto con 400 sinaturas ao alcalde e non fixo nada». La situación, que los representantes vecinales consideran como de «alarma social», afecta no sólo a la salud y a su descanso, sino que, en opinión de Varela, va más allá afectado «a inviolabilidade do domicilio, un dereito recoñecido pola Constitución».

Además de las molestias de ruido, el portavoz explica que este tipo de reuniones nocturnas generan violencia: «Este fin de semana eu puiden ver na praza de Azcárraga unha liorta multitudinaria de máis de 20 persoas». Debido a este tipo de comportamientos muchos de los vecinos tienen miedo de salir a la calle por las mañanas. «Antes era a xente maior -comenta Varela- pero agora tamén teñen medo os máis novos. E tanto da se un é de esquerdas, de dereitas ou de centro, neste problema todos queremos unha solución». También recordó que esa violencia afecta de manera determinante al patrimonio histórico de la zona

Como primera medida de protesta, la asociación de vecinal no va a colaborar este año con el Ayuntamiento en las próximas fiestas del Rosario, tal y como venía haciendo habitualmente. Además está prevista para el mes de octubre una asamblea en el colegio de los dominicos para pulsar el ambiente y contrastar las opiniones de los vecinos.

Este tipo de movimientos tienen eco en otros puntos de la ciudad, como, por ejemplo, los del entorno de la calle Pintor Joaquín Vaamonde, de la zona de la plaza de Vigo. Algunos de estos residentes, afectados también por los actos de vandalismo, estaban planeando hacer actos de protesta