«Puedo asegurar y aseguro que todos los locales de Santa Comba acatamos rigurosamente los horarios de cierre estipulados por la Consellería de Xustiza y si hace meses algún local no lo hacía, eso pasó a la historia, ya que las cuantiosas denuncias y sanciones han hecho que cambien de idea», así de rotunda se mostró ayer la presidenta de la Asociación de Locales de Movida de Santa Comba, Josefina Felpeto Mariño, a la hora de contestar a las críticas realizadas por hosteleros de Ponteceso y A Laracha. Los empresarios de estas dos localidades aseguran que en el municipio xalleiro hay numerosos negocios que incumplen la normativa de la Xunta de forma reiterada, algo que les provoca importantes pérdidas económicas, ya que muchos de sus clientes han optado por cambiar de zona para tomarse unas copas. Los propietarios de pubs y discotecas de Bergantiños insisten en que en Santa Comba es habitual encontrarse locales abiertos a las ocho de la mañana, mientras que la hora límite para el cierre es las seis en el caso de las discotecas, salas de fiestas y salas de baile, que, según la normativa aprobada por Xustiza en junio del 2005, son los locales con el horario más amplio.
Diez mil jóvenes
Sin embargo, Josefina Felpeto insiste en que estas afirmaciones son falsas. «No quiero entrar en polémicas ni enfrentarme con otras localidades, no quiero que esto sea una guerra entre zonas de marcha, pero hace muchos meses que en Santa Comba se cumplen los horarios a rajatabla». Según explica, la Guardia Civil -la Policía Local no tiene agentes suficientes- se encarga todas las noches de movida «vela porque todo transcurra con normalidad y sin incidentes, tarea nada fácil, si recordamos que cada fin de semana visitan Santa Comba entre 8.000 y 10.000 jóvenes».
Asegura la presidenta de los hosteleros que la Guardia Civil «patrulla durante toda la noche y después del horario de cierre estipulado, según la licencia de cada local, comprueban que se hayan cumplido rigurosamente los horarios de cierre y desalojo». Reconoce que hace unos meses, cuando los empresarios ajustaron sus licencias a la nueva normativa -ahora ya no hay ningún tablado flamenco, cuando antes había más que en toda la provincia de Córdoba-, «hubo muchas sanciones, pero ahora todo el mundo acata la normativa». Las multas, dice, aunque en algunos casos no son muy elevadas «no compensan en ningún caso, porque si son varias pueden llegar a cerrarte el local». Felpeto Mariño insiste en que «la ordenanza se cumple y, además, no hay ninguna localidad tan vigilada como Santa Comba».