La falta de tripulantes amenaza el futuro de algunas flotas pesqueras

j.m. jamardo RIBEIRA/LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Los armadores solicitan poder contratar extranjeros sin la tarjeta de residencia

05 mar 2019 . Actualizado a las 20:28 h.

Ser marinero ya no es lo que era. Hace años los barcos tenían tripulaciones suficientes para completar sus plantillas. Embarcarse era el deseo de muchos barbanzanos y también era bastante rentable. Sin embargo, la situación dio un vuelco y con el paso del tiempo los armadores se las ven y desean para poder hacerse con el personal suficiente para salir al mar. La escasez de trabajadores comienza a ser una preocupación entre muchos dueños de barcos que ya no saben a quien recurrir para poder salir a faenar.

El presidente de la asociación de palangreros de Ribeira, José Antonio González Lijó, comentó que con el paso del tiempo cada vez «hai menos xente que queira ir ao mar». Donde notan una mayor falta de personal es en los titulados ?patrones y mecánicos? pues muchos optan por «embarcarse nos atuneiros».

Otro de los problemas a los que se enfrentan es que ya no pueden echar mano de personal extranjero: «Agora esíxennos que teñan tarxeta de residencia e isto na maioría dos casos non é posible. A Administración debería permitir que os puidésemos contratar incluíndoos na Seguridade Social. Nós arranxaríamos un problema e ademais eses homes estarían cotizando».

El representante de este colectivo relató que uno de sus afiliados, el Meteoro 3º, un palangrero que faena en la zona del Cantábrico-Noroeste y con base en Santa Uxía, está teniendo problemas para encontrar tripulantes. Tuvo que zarpar recientemente con solo cinco personas a bordo porque «non lle foi posible atopar máis», subrayó.

José Antonio González también hizo mención a que un barco con base en la capital barbanzana que está trabajando en aguas de Mauritania quiso hacer una campaña en caladeros españoles para dedicarse a la merluza, pero no pudo porque «aquí non atopou xente para ir ao pincho».

Cambio de caladero

Pero uno de los episodios más sangrantes es el que está atravesando el patrón del Nuevo Amada, Rogelio Lijó Dios. Esta embarcación es un palangrero que suele faenar en el Gran Sol. Acabó la campaña a finales de enero y su intención era regresar al caladero británico este mes. Desde que atracaron en Ribeira, los dueños de la nave iniciaron la búsqueda de nuevos tripulantes para regresar a la actividad, pero ha sido infructuosa.

La situación es bastante crítica pues la nave no puede salir al mar por lo que «estamos a perder cartos», dijo Rogelio Lijó. Ante la dificultad de encontrar personal para subir a bordo, la decisión tomada por los dueños fue la de solicitar licencia para pescar en Mauritania.

Los armadores ya tienen el visto bueno para poner rumbo a África y están realizando los preparativos para poner rumbo a aguas africanas, en los primeros días de abril, para faenar en ellas.

Rogelio Lijó destacó que llevan faenando en el caladero del Gran Sol desde el año 2000 «sen ningún contratempo» hasta ahora. Sin embargo, las cosas comenzaron a torcerse hace un par de años cuando saltó el problema del anisakis. «Dende que se soubo, a pescada desa zona xa non se paga como antes e entón os mariñeiros non ganan tanto, polo que moitos deixaron de ir».

La situación cambia ahora con el trabajo en Mauritania pues en el convenio con ese país y la UE se explica que el 60% de la tripulación tiene que ser de allí y por lo tanto, «non imos ter tantos problemas».

Problemas para contratar gente

El armador del arrastre muradano Juan García González también está preocupado por la situación que está atravesando el sector y más en lo que se refiere a las tripulaciones. El empresario insistió en que cada vez les cuesta más encontrar gente para trabajar a bordo, especialmente la cualificada. Otro de los problemas que detectó es que hay titulados, pero «cando se meten na pesca ven que iso non é o deles e abandonan».

Juan García dijo que hace unos veinte años cuando la gente de la zona comenzó a marchar para Canarias a trabajar «as tripulacións completábanse con indonesios, pero agora a Administración non permite contratalos e iso estanos a causar un serio problema». El armador insistió en que «non hai xente cualificada e aínda por riba os novos non queren ir ao mar».

El representante de la Asociación de Cerqueros de Galicia, José Blanco, comentó que el colectivo no tiene problemas porque las tripulaciones son más estables con los extranjeros que llegaron hace unos años.