Los concellos confían poder contratar ya al personal y piden a la Xunta que estos equipos sean estables
20 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Los Grumir, o lo que es lo mismo, los equipos de emergencias que hay en la comarca -tienen base en Noia, Boiro y Ribeira, pero hacen actuaciones en más municipios- llevan casi tres meses en cuadro. De las quince personas que deberían componer cada equipo, solo están operativas tres, ya que los contratos del resto del personal se terminaron el 31 de diciembre y de momento no se volvieron a realizar -Boiro es una excepción, ya que los contratos finalizaron en febrero-. Pese a esta circunstancia, y sobre todo por culpa de los sucesivos temporales, estas unidades tuvieron unos meses de enero y febrero de órdago. Basta decir que, pese a no tener apenas personal, realizaron cientos de actuaciones, casi todas relacionadas con el mal tiempo.
Sirvan como ejemplo las estadísticas que pueden verse en la página web del grupo de emergencias noiés. En enero, pese a estar con solo tres operarios, tuvieron 119 intervenciones. Por ejemplo, salieron 30 veces para retirar árboles. La cosa no estuvo mejor en febrero. Con el mismo personal, atendieron un total de 139 emergencias. Al observar qué tipo de salidas realizaron, queda claro que se trata de una especie de hombres para todo. Y es que se encargaron de abrir puertas, rescatar a personas encerradas en ascensores, desatascar alcantarillas, o señalizar carreteras por culpa de un peligro puntual. Es decir, que sirven de apoyo a los concellos casi para cualquier necesidad.
Voluntarios
En Ribeira, la historia es casi peor. Aunque ahora, como en Boiro y Noia, también están contratadas tres personas -son los trabajadores de carácter estable-, durante un tiempo solo hubo voluntarios. Es decir, que las salidas dependían de que estas personas estuviesen disponibles. Pese a ello, se hicieron numerosas actuaciones. El Grumir, sobre todo, dio el callo en los sucesivos temporales, durante los que se encargó de talar árboles, retirar vallas que salieron volando o asegurar estructuras que amenazaban con caerse.
¿Y en Boiro? Se trata del único caso en el que el Concello decidió mantener los contratos de las quince personas pese a acabarse las subvenciones de la Xunta. El grupo estuvo operativos hasta el 15 de febrero, pero ahí se terminó con la contratación. Desde entonces, el equipo también está en cuadro. Pese a ello, solo en los temporales, hicieron unas 300 salidas.
Por las informaciones que manejan desde los concellos, parece que en breve la situación cambiará al 100% y al fin llegará el dinero para que se pueda contratar al personal. Sin embargo, su período de trabajo será de nueve meses, con lo que a finales de año el problema se vendrá encima de nuevo. De ahí que alcaldes como el boirense Xosé Deira o el noiés Rafael García Guerrero pidan que estos equipos sean estables, es decir, que los ayuntamientos dispongan de subvenciones para mantenerlos operativos todo el año. Deira llegó a decir: «Son totalmente imprescindibles. Tivemos o exemplo esta semana en Boiro, cando houbo un lume forestal e eles estiveron traballando a reo».
Un cambio
Sin embargo, y pese a que este debate es viejo, las contrataciones siguen siendo temporales. Eso sí, en Ribeira hubo un cambio. Era el único de los tres municipios donde no disponían siquiera de tres trabajadores permanentes -Noia y Boiro ya los tenían desde hace tiempo- y ahora mismo sí los hay. De hecho, la intención del ejecutivo es tener un grupo estable de unas diez personas para atender las emergencias. La creación de estas plazas figura en el organigrama laboral recientemente aprobado.