Médicos de los centros de salud se quejan de la sobrecarga de trabajo

BARBANZA

Profesionales barbanzanos aseguran que casi nunca se cubren las bajas o las vacaciones

12 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

«Hai veces que nin sequera che da tempo a mirarlle á cara ao enfermo». Con esa frase comenzaba ayer un médico del Sergas a explicar las condiciones en las que trabaja en un centro de salud barbanzano. Este profesional hablaba de jornadas laborales en las que un mismo doctor ve a unos 80 pacientes. Y la razón no se la quitaban algunos médicos de atención primaria de Ribeira, A Pobra o Rianxo. Igualmente, esas u otras palabras parecidas salían de la boca de personas que ejercen la medicina en dispensarios de la comarca noiesa y muradana. Haciendo números, y siempre a tenor de lo dicho por estos facultativos que no se atreven a dar el nombre por miedo, las cifras están claras: solo disponen de entre 3 a 4 minutos para cada caso.

Los profesionales dicen que la historia no es nueva. Hablan de un progresivo deterioro de las condiciones de trabajo que a cada paso se hace más evidente. Indican que casi nunca se cubren las vacaciones o las bajas de los profesionales y que, por lo tanto, a menudo les toca asumir trabajo extra. Además, están hartos de que la respuesta del Sergas sea idéntica en todos los casos: «Lo arreglan todo diciendo que en Galicia no hay médicos en paro», indicaba ayer un afectado.

El resto del personal

Quizás porque oyeron ese razonamiento de Sanidade en infinidad de ocasiones, ayer, algunos profesionales contraatacaron. Dijeron que, si eso fuese cierto, las bajas y vacaciones del resto del personal sanitario sí se deberían cubrir e indicaron que esa situación no se da. Citaron ejemplos de auxiliares, enfermeras o incluso trabajadores de servicios varios que, cuando estuvieron ausentes, solo fueron sustituidos tres días a la semana.

Que las quejas salgan a la luz ahora no es gratuito. Estos últimos días, hubo traslados médicos. Es decir, dentro de un procedimiento habitual de la Administración, algunos profesionales cambiaron de centro de salud. En un contexto normal, no debería suponer un gran trastorno, ni para los profesionales ni para los pacientes. Sin embargo, dado que las plantillas están tan anémicas, el hecho de que quienes cambian de puesto tengan unos días para reincorporarse parece que provocó más problemas. En varios ambulatorios algunos profesionales tuvieron que asumir el trabajo de quien se había marchado, a la espera del sustituto.

La situación no se repitió en todas partes. En Mazaricos, por ejemplo, se fueron dos médicos y el Sergas envió al momento a otros tantos. No son los que se quedarán, sino unos sustitutos que solo estarán hasta que lleguen quienes tienen en su poder las plazas.