Un gato furioso deja en evidencia la falta de servicios de socorro

AROUSA

Llamaron a la policía, a la Guardia Civil y al Concello de Vilagarcía, pero todos se desentendieron

03 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Eran las doce y media del lunes y el establecimiento de Zara en la plaza de Galicia de Vilagarcía se encontraba, como es habitual, hasta los topes de clientela. Pero entonces se coló en el comercio un cliente poco habitual, un gato negro y pequeño que ya entró furioso en el local, pero que todavía se puso más nervioso al encontrarse rodeado de gente y sin saber por dónde salir. Según relató una de las clientes, no tardó en cundir el pánico, sobre todo porque el minino se instaló en la zona de bebés, y las dependientas del local temían que hiciese daño a algún niño. «Entonces llamamos al 112 -recordaba ayer un testigo de los hechos- y nos dieron el teléfono de Protección Civil, pero ese teléfono ya no funciona, así que llamamos a la policía, al Concello y a la Guardia Civil, y todo el mundo se desentendió».

Al final, después de que el gato incluso arañase a un hombre que trató de atraparlo, tuvieron que ser los propios clientes y las dependientas de Zara los que desalojaran al animal. «Se metió en unos pantalones, y entonces los enrollamos y así conseguimos echarlo a la calle». El gato, una vez libre y totalmente asustado, se metió en la tienda de al lado, en la boutique de lencería Women's secret. Allí se repitió la escena. Se escondió debajo del mostrador y nadie se atrevió a sacarlo por miedo a que mordiese o arañase. «Entonces entró una clienta que tiene gatos en casa y ayudada de una bolsa y con paciencia, consiguió sacarlo y se lo llevó».

Así fue como finalizó la aventura, pero ayer, en los comercios que la vivieron, todavía se respiraba el malestar por tener que habérselas apañado ellos solos y no recibir ayuda de nadie. «Nos sentimos totalmente indefensos -decía una de las clientas que presenció el suceso-, porque ahora Protección Civil no existe, les cortaron el teléfono y no hay a quien llamar, te dicen que te las apañes tú, y eso no es normal, porque a mí ya me tiene pasado de tener que llamar a Protección Civil y siempre vinieron para lo que fuese».

El teléfono de la agrupación se dio de baja hace una semana. El Concello lo justificó diciendo que, en realidad, se trataba de un cambio de titularidad, pero que las facturas se seguirían pagando. Claro, que ahora ni siquiera hay facturas que abonar.