Los comerciantes se dividen: valoran el ahorro, pero se quejan de las temperaturas

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Las limitaciones en la climatización han generado malestar en algunos locales

05 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Si no fuera por las farolas, algunas de las principales arterias comerciales de Galicia quedarían en penumbra a partir de las diez de la noche. La mayoría de los establecimientos apagan sus luces a esa hora, excepto algunos que han escurrido el bulto y ya no se acuerdan de las medidas en vigor.

También lo hacen edificios públicos, algunos tan emblemáticos como el de la Diputación de A Coruña, que ya dispone de bombillas LED y ventilación renovada. Su iluminación blanca exterior ha desaparecido. Era un sello característico de su fachada.

No tanto como las luces navideñas de Vigo, claro. En la ciudad olívica, a pesar de su fascinación por el alumbrado, el cumplimiento de las normas es «absoluto», según el Ayuntamiento.

Quienes se han tomado muy en serio el plan son las oficinas de Correos. En las coruñesas han adecuado temperaturas, apagado las luces exteriores y de cartelería de los centros sin actividad, han revisado los sistemas de cierre de puertas de acceso, sustituido iluminación, instalado detectores de presencia y cambiado los equipos de climatización.

Luis Rivera: «Apagar os escaparates ás dez da noite é un aforro substancial»

¿Qué hay de las tiendas? El apagado de escaparates divide a los comerciantes. El presidente del Centro Comercial Aberto de Ourense, Luis Rivera, destaca lo acertado de la iniciativa: «Aquí a xente adaptouse con total facilidade e temos que recoñecer que foi algo moi positivo. Apagar os escaparates ás dez da noite é un aforro substancial e cortas un gasto considerable de enerxía, que é algo que sempre axuda».

No comparte su visión el presidente de la Federación de Unión de Comercios Coruñesa, José Luis Boado. «No nos parece bien. Las luces de los comercios iluminan también las calles que quedan a oscuras. Esto genera inseguridad, pudiendo provocar hurtos, además de reducir la visibilidad de los negocios para la gente que pasea por la noche o los que se paran a ver escaparates al salir del trabajo», protesta. Están «a favor de la eficiencia energética, pero no de las restricciones», y piden que se regulen permitiendo que los establecimientos con una eficiencia energética garantizada puedan mantener sus luces encendidas.

En Lugo, donde los establecimientos siguen en su mayoría apagados de noche, los comerciantes tienen la sensación de que el rebumbio que generó el plan al principio se disipó a las pocas semanas, porque no hay inspecciones específicas.

Puertas abiertas

En cuanto a los termostatos, apenas han sufrido cambios. Galicia es una comunidad con temperaturas suaves. Por eso la mayor parte de los comercios lucenses están pasando el verano con las puertas abiertas. Siempre ha sido «mejor ventilación» que el aire acondicionado. Y más barata, porque no exige instalar cierres automáticos en las puertas, como dicta la normativa.

El plan de ahorro energético no ha trastocado la rutina, en parte por no suponer grandes cambios y también porque, por el momento, las asociaciones de hosteleros no tienen constancia de ninguna multa. Tan solo algunas tiendas de grandes empresas prefieren cerrar sus puertas para tirar de aire acondicionado. Algunas, más pequeñas, ni siquiera lo tienen. Además, en la ciudad de Lugo no siempre se llega a los 27 grados a los que podría estar como máximo el aire. También en edificios públicos como el de la Diputación o el centro administrativo del Concello se pueden ver ventanas abiertas. En los meses de invierno, con la calefacción a un máximo de 19 grados, comerciantes como la dueña de la Lencería Lilas aseguran que «es más o menos a los grados que ya la teníamos».

Donde sí han tenido que hacer cambios ha sido en el centro comercial Ponte Vella de Ourense: «Configuramos nuestros sistemas de climatización y pusimos puertas automáticas los accesos (exteriores)», señala su portavoz, Óscar Sánchez Gándara.

Al borde del desmayo

¿Han notado los clientes la limitación de temperatura? Desde el mayor centro comercial gallego, Marineda City, afirman que no ha habido quejas de los usuarios: «Intentamos que sean lo más confortables posibles dentro de la legislación vigente». Eso sí, aseguran que aún tienen margen de ahorro: renovarán la iluminación para reducir más el consumo.

Marta Fernández: «El otro día casi se desmaya una señora aquí por el calor»

La cosa cambia cuando se trata de pequeños comercios. En función de su orientación y de los materiales de su fachada y ventanas, pueden convertirse en auténticos hornos. Lo sabe bien Marta Fernández, presidenta del Distrito Oza de A Coruña: «En mi negocio da el sol desde la mañana y se calienta mucho. Al tener una joyería no puedo dejar la puerta abierta por seguridad, así que trato de regular el aire lo mejor posible dentro de la normativa, pero es imposible estar a una temperatura agradable. El otro día casi se desmaya una señora aquí por el calor», denuncia.

Ahorro por fuerza mayor

En lo que coinciden todos los comerciantes es que ha sido la necesidad y no la virtud o el miedo a ser sancionado lo que ha hecho que los establecimientos redujeran el consumo, no sin obstáculos.

José Ángel Blanco, gerente de Compostela Monumental, que aglutina 209 comercios y locales de hostelería del casco viejo de Santiago, señala que el cumplimiento estricto del decreto de medidas de ahorro energético chocó desde el inicio con la dificultad de su implantación efectiva en cuestiones como la instalación de puertas de cierre automático, tanto por las características de los locales como por los requerimientos que impone Patrimonio.

En todo caso, admite que tanto el comercio como la hostelería han ahorrado energía por una cuestión económica: «Son sectores a los que les sigue preocupando su alto coste». De ahí que para intentar reducir su factura se evite abusar del aire acondicionado y «no se tengan encendidos los escaparates mucho tiempo, porque los costes no lo permiten».

¿Qué hay de la cartelería anunciando las medidas de ahorro? Brillan por su ausencia, aunque en locales como el Primark de Vialia (Vigo) sí están colgados.

Aunque el acondicionamiento de los locales ha corrido a cargo mayoritariamente de los propietarios, la presidenta de la Federación de Comercio de Ourense, Beatriz Gómez, admite que las ayudas públicas que se concedieron en materia de ahorro energético han sido «moi importantes».

Información elaborada por Uxía Carrera, Antón López, Valeria Salazar, X. M. Rodríguez, O. P. Arca y C. Porteiro