Las primas gallegas de Betty Boop

La Voz

VIGO

25 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Unos ojos tiernos y vivarachos se asoman desde un fondo negro. Cabeza de grandes dimensiones, cuerpo espigado y coquetería destilada desde cada poro. Perdón, desde cada puntada. Bajo esta descripción aparece el simpático dibujo animado de los años treinta, la sensual Betty Boop. A la pequeña obra de Grim Natwick le ha salido parentela gallega. Una ristra de primas con cabelleras de todos los colores mezcladas con lanas y pinturas. Detrás de esta ampliación del árbol genealógico está la mano de Ana Ferreiro y la paciencia de Luisa Aneiros, Maite Martínez y Mari Carmen Alfaya. Estas cuatro canguesas han revolucionado medio Hospital Xeral con sus originales diseños de camisetas y reciben pedidos de todas las esquinas gracias a su página web, www.baberama.es.

Poco se podían imaginar Luisa, Maite y Mari Carmen cuando se anotaron a un curso de pintura en Cangas que terminarían montando un negocio con su profesora, que es la que lleva el pincel por el mango. «Realmente cualquiera de ellas podría pintar. Aquí todas podemos hacer todo», apunta Ana. «Si pintamos nosotras después ella tiene que retocar y es doble chollo. Como trabajo aquí sobra, casi mejor que pinte todo Ana», le responde Luisa. No le faltan razones, la elaborada presentación de cada pieza, con apliques, millares de combinaciones y mezclas de materiales, hace que haya trabajo sin descanso para todas.

Su labor artesana llega incluso a los paquetes en los que envuelven los encargos, que son artesanales. «Son todos reciclados. Usamos las telas que nos sobran para hacer lazos y para el paquete papel de pared», recuerda Maite. Es un proceso muy laborioso y pueden tardar tres tardes en confeccionar una sola pieza. Aún así, estas cuatro canguesas lo siguen viendo como un hobbie y no se lamentan de pasar su tiempo libre en el bajo de la casa de una ellas, trabajando en su improvisado taller.

En la calle los diseños se pueden adquirir en algunas tiendas de Cangas, Ponteareas, Pontevedra o en Vigo, aunque solo algunos productos. Aunque gracias a la página que abrieron en Internet han conseguido que sus productos cruzasen el charco y han llegado clientes de Estados Unidos, México y Argentina. Aún así, la mejor promoción de sus productos la ha hecho Mari Carmen. Trabaja en el Xeral y un día enseñó una de sus camisetas a sus compañeros. Desde entonces no ha parado de recibir encargos. «La gente se me acerca y me pregunta: '¿Eres tú la de las camisetas?'».

En la actualidad llevan prácticamente un mes trabajando exclusivamente para dar respuesta a los pedidos del hospital y para el Día de la Madre.