Con el estómago lleno y la cartera vacía

VIGO

29 abr 2009 . Actualizado a las 10:55 h.

Un botillo del Bierzo, un buen chuletón, empanada de batallón, costillas adobadas de matanza... Un comensal que entró vestido con chándal en un restaurante de gastronomía leonesa, en la plaza de Compostela, 19, encargó un opíparo menú compuesto de buenas carnes y mejores postres. Curiosamente, el cliente puso especial cuidado en no regar las viandas con una botellita de vino.

A las 17.00 horas, los camareros presentaron una dolorosa de 49 euros pero el comensal se negó a pagar la cuenta del almuerzo. Y alegó una razón de peso: no tenía dinero. Su estomago estaba más lleno que nunca pero sus bolsillos cubiertos de telarañas.

«Comió bien, creo que un solomillo y un chuletón. Aunque vestía un chandal, no sospechamos de él porque las apariencias engañan y muchos clientes, yo mismo, vienen con ropa deportiva de marca», comenta un testigo. Un camarero del restaurante añade que los casos de «simpas» (impagos, en jerga juvenil) son frecuentes en la hostelería aunque uno como este es poco común. Hace una semana, dos clientes se marcharon sin pagar un menú de 10 euros en un mesón de la calle Barcelona con la excusa de que la dueña no había endulzado con nata las fresas del postre.

La Policía Local de Vigo arrestó al comensal, B.G.P., nacido en Alemania pero de origen español y sin domicilio fijo en Vigo. Los agentes comentan jocosamente que el implicado era tan sibarita que «comió bien y no se le ocurrió pedir un plato del día de ocho euros».