Ayer se cumplió exactamente un mes desde que Borja Oubiña disputó sus últimos minutos de competición antes de sufrir una recaída en la rodilla que había sido operado tras la lesión que sufrió en Inglaterra y que le había mantenido catorce meses apartado de los terrenos de juego.
De momento ni el propio jugador se marca un plazo, ni concreto ni aproximado, para su reaparición. Ni siquiera muestra esperanzas de reaparecer esta misma temporada, a la que le quedan dos meses por delante. Prefiere ir viendo su evolución día a día, sin presiones.
Hasta ahora siente dolor en la zona de la rodilla izquierda donde padece una sobrecarga, según el informe médico, por lo que ni siquiera se ha incorporado al trabajo con el grupo. «Tengo una molestia permanente y no puedo entrenar. Estoy trabajando aparte a ver si las cosas van a mejor y volver con el grupo», dice.
«No sé cuando voy a volver. Pienso en el día a día. Nunca hice planteamientos a largo plazo, ni cuando estaba bien, ni ahora», destaca el futbolista vigués. Con todo lo que ha padecido en los últimos años, Borja ha aprendido a tomarse las cosas con paciencia: «Es parte de este deporte. Unas veces estás mejor y otras peor. Cuando te lesionas nunca sabes como van a ir las cosas». Por lo que ha hablado con los médicos cree que es normal que al volver a competir «después de catorce meses sin poder hacer nada, que se reproduzcan molestias».
Oubiña ha jugado quince partidos de Liga, ocho de ellos como titular, entre diciembre y marzo, aunque sin recuperar el nivel que tenía antes de la lesión.