La terminal de Santiago crece en pasajeros casi como el resto pese a que ahora oferta siete enlaces menos cada día
07 jul 2008 . Actualizado a las 10:41 h.Las compañías del sector efectuaron 9.140 aterrizajes y despegues en Santiago entre el 1 de enero y el 31 de mayo pasados, según datos de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), lo cual equivale a una reducción de oferta del 10,5% respecto a la que habían comercializado en igual período del 2005. Dentro de ese intervalo, se trata de la mayor caída porcentual registrada en toda la red pública de terminales, exceptuando el caso de la muy modesta ubicada en Badajoz. Con dicha salvedad, esto significa que lo sucedido aquí, este retroceso, no pasa en ninguno de los otros 43 recintos del país dedicados al transporte de personas mediante aviones, como puede apreciarse en el cuadro a la derecha de estas líneas.
Los números, por tanto, desmontan la teoría de las autoridades municipales, quienes atribuyen la crisis de Lavacolla a un mero fenómeno de recesión global producto del encarecimiento del petróleo. Sostienen que su mal es común, pese a la estadística. Y esta revela algo nada normal: en este 2008, por término medio, en la ciudad operan cada día siete vuelos menos que hace tres años. Con todo, desde entonces hasta ahora el aeródromo local ha crecido en pasajeros un 16,3%, casi a ritmo parejo al de sus competidores (20,8%), al pasar de 671.279 a 780.875 viajeros durante los cinco primeros meses, respectivamente, del 2005 y del ejercicio en curso.
A levantar la situación no contribuyen jornadas como la de ayer. Por la tarde, en apenas unas horas el caos se adueñó de las instalaciones, debido a la coincidencia del mal tiempo con la desconexión, por obras en la pista hasta el 30 de agosto, del mecanismo antiniebla de ayuda al descenso ILS II/III. De acuerdo con un balance facilitado por Aena, en el apartado de llegadas se produjeron cinco desvíos: a Oviedo, de un Iberia procedente de Madrid; a A Coruña, de un Spanair de Barcelona y de un Air Nostrum de Bilbao; y a Oporto, de un Vueling de Málaga y de un Air Berlin de Palma, que, tras la forzosa escala en Portugal, reemprendió la marcha programada.
Por causa de lo anterior y de los sistemas de rotaciones que emplean las empresas, en el capítulo de salidas fue cancelada una a París, mientras que otras tres (Sevilla, Barajas y El Prat) tuvieron lugar desde Alvedro. Una quinta hacia la metrópoli balear sufrió un retraso de tres horas y media. A falta de cifras finales difundidas por las firmas fletadoras, puede estimarse que, en mayor o menor medida, los problemas afectaron a 1.150 personas, aproximadamente. Para elaborar el cálculo se han cruzado las capacidades de cada una de las naves con sus habituales índices de ocupación.