El desempleo en tierra empuja cada día a más jóvenes de vuelta al mar

PONTEVEDRA

Los efectos de la crisis económica en otros países conllevan el retorno de trabajadores de otros caladeros

21 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La pesca se está convirtiendo en un sector de refugio para un creciente número de personas desempleadas, con o sin experiencia previa, que acude con cada vez mayor frecuencia a las cofradías en búsqueda de ofertas de trabajo. Esta situación se percibe en puertos de altura como Marín y también en los de bajura como Bueu, aunque las circunstancias sean distintas. Llama la atención que el número de extranjeros que apuesta por apuntarse para trabajar en los barcos de la comarca parece que ha disminuido en los últimos tiempos, según fuentes de algunos pósitos.

La construcción es el sector en crisis que está empujando más gente a la búsqueda de una alternativa laboral en el mar. En esto coinciden todas las fuentes consultadas. Son sobre todo marineros, que trabajaron en el mar y que probaron suerte en tierra. Ahora, con las empresas en las que trabajaban en quiebra o con una carga de trabajo escasa, muchos están meditando seriamente el regreso al mar.

El patrón mayor de Marín, Luis Santiago, explicó que las causas son muy complejas. «A la cofradía viene gente de todo tipo a preguntar para poder embarcarse», precisó. Hace dos años no era así, en aquel momento los armadores se veían obligados a contratar a tripulaciones donde casi todos sus miembros eran extranjeros. «Se nota que en la construcción hay crisis y también que hay menos extranjeros que buscan trabajo en el mar», matizó. La razón de esta última afirmación se encuentra en que un elevado número de extracomunitarios ha encontrado un puesto de trabajo en las empresas de estiba y desestiba así como en los frigoríficos. También un notable número ha abandonado la comarca, atraído por las promesas de mejores salarios en otros puertos españoles.

Un armador de arrastre del litoral, con base en el puerto de Marín, valoró también los hechos de estos últimos meses en el mercado laboral del mar. «Ha aumentado mucho la demanda de empleo. Hace un año o un año y medio era difícil encontrar mano de obra española y había que acudir a los africanos o a los sudamericanos», precisó. Este mismo armador añadió: «Ahora hay bastantes peticiones de trabajo de españoles que regresan al mar. Tienen experiencia en la pesca pero hace años encontraron trabajo en tierra y ahora, con la crisis, se ven en la calle y regresar al mar».

La crisis mundial, asimismo, está teniendo una repercusión considerable para el incremento de la demanda de trabajo en el mar en puertos como Marín y Vigo, bases de la mayor parte de la flota de altura gallega.

El patrón mayor marinense señaló que en Argentina y Chile hay muchas empresas armadoras que han cerrado en los últimos meses y esto ha traído consigo el regreso a Galicia de muchos tripulantes que estaban trabajando para empresas de pabellón sudamericano o de firmas mixtas. Las malas noticias no se circunscriben solo a la flota extracomunitaria. La decisión de Irlanda de desguazar unos cincuenta barcos también ha obligado a muchos gallegos a regresar y probar fortuna en las flotas locales o del Gran Sol.

Impensable hace años

Todos estos factores se han conjugado para el surgimiento de una situación que hace pocos años era impensable. La crisis también se percibe en la flota de bajura. El patrón mayor de Bueu, Xosé Manuel Rosas, manifestó que el regreso de marineros que trabajaban en tierra a la vida pesquera no es aún un flujo muy continuo. Pero sí existe. Se trata sobre todo de gente joven, que procede de la construcción. «Non é un goteo constante, pero si hai xente que traballaba en grandes empresas da construcción ou en subcontratas que agora está embarcado nos barcos do día», indicó. No obstante, el mar ya no es lo que era. La rentabilidad de las empresas ha caído como consecuencia de la escalada de los precios del petróleo y el hundimiento del valor de la pesca en los mercados. La propuesta de desguace de 46 barcos de altura (cuatro de Marín y 21 de Vigo) incrementará previsiblemente el número de parados también en la pesca el próximo año.