Cientos de conductores se vieron atrapados en la rotonda de García Sánchez, General Rubín y Gagos de Mendoza
17 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.Señalización insuficiente o poco visible, falta de atención o incivismo de conductores que hicieron caso omiso a los indicadores, la complicación añadida de los cambios de direcciones, una presencia de la Policía Local por momentos escasa o inexistente... Fuese lo que fuese, el caso es que no funcionó como debiera a horas punta el dispositivo de tráfico que puso ayer en marcha el Concello por el cierre parcial, a causa de las obras de reforma, de la avenida de Reina Victoria, un eje principal de entrada y salida de la ciudad.
Cientos de conductores se vieron atrapados al mediodía en un gran caos de tráfico en el entorno de la praza da Liberdade y las calles confluentes de la avenida de Augusto García Sánchez, General Rubín, Gagos de Mendoza y Rosalía de Castro. Desde el Concello ya habían admitido que el corte iba a ser problemático, sobre todo el primer día por la desorientación de los automovilistas, pero fue bastante peor de lo que se preveía.
El lío comenzó a las 10 de la mañana, cuando el tráfico de entrada a la ciudad, procedente del puente de A Barca y paseo de Colón, se desvió en Reina Victoria por Palamios, Rosalía de Castro y Gagos de Mendoza hacia General Rubín y Campolongo. Al mismo tiempo, el tráfico de salida por García Sánchez hacia Reina Victoria se intentó desviar por Alcalde Hevia hacia Fernández Ladreda, facilitando únicamente el paso hasta la rotonda de la praza da Liberdade a aquellos vehículos que quisieran acceder al párking Central y a la calle San José, con la excepción de los autobuses que sí podían bajar por General Rubín.
En lo que afecta a este tránsito de salida, fue donde más falló el dispositivo de desvíos alternativos. Muchos de los coches o no vieron o eludieron las cuatro señales de advertencia de calle cortada que había a lo largo de la avenida de Augusto García Sánchez y optaron por seguir hasta la rotonda de Caixanova, donde eran obligados por la Policía Local a girar y volver hacia la plaza de Galicia.
Unos metros más abajo, en el cruce de General Rubín con Gagos de Mendoza, donde está la entrada y salida del párking Central, el atasco fue monumental y se agrandó al filo de las dos de la tarde, coincidiendo con la salida de los niños del colegio de Campolongo.
En ese cruce coincidieron todos los coches que bajaban de Rosalía de Castro por Gagos de Mendoza, más los que salían y entraban del aparcamiento subterráneo y los que subían y bajaban por General Rubín.
Para colmo, a esa hora desaparecieron, por el cambio de turno, los agentes de la Policía Local que custodiaban la rotonda situada junto a la praza da Liberdade y el caos en ese momento llegó al máximo. La valla de «agás bus» que había en dicha rotonda y que impedía a los turismos acceder desde Campolongo a General Rubín, fue retirada por algún conductor cabreado y, cuando fue repuesta, ya nadie respetó esa señal. El resultado fue de coches atrapados en una encrucijada de calles, circulando por dirección prohibida e intentando buscar una salida en todos sentidos posibles. Bocinazos, espontáneos dirigiendo el tráfico, acompañantes que abandonaban los coches atascados y usuarios bajándose de los autobuses antes de llegar a su parada, completaron la escena.
El regreso reforzado de los agentes tras el cambio de turno, pasadas las 2.30 horas, contribuiría a mejorar la situación.