Sólo en un año, durante el pasado 2007, el Servizo Galego de Saúde dedicó en Ourense 418.902 euros a la adquisición de un total de 1.461 sillas de ruedas para su uso particular por otros tantos pacientes de la sanidad pública en la provincia, sin coste alguno para pacientes y familias. Es como si cada día del año se entregasen cuatro sillas en distintos puntos de la provincia. Recuperar esas sillas, cuando dejan de ser utilizadas por los usuarios, bien por inusuales mejorías o bien por los más habituales casos de fallecimiento, es un objetivo que también persigue la administración pública, con el evidente objetivo de ahorrar costes y aprovechar un material que en muchas ocasiones se encuentra en buen estado de uso y es perfectamente susceptible de ser reciclado.
Los datos del pasado año, en lo que se refiere a la reutilización de estas sillas en buen estado, se han quedado por debajo de las expectativas. Y es que no todas las sillas son devueltas, cuando dejar de usarse, a pesar del explícito compromiso de devolución que cada persona firma cuando la recibe. Las que llegan, de todos modos, suelen estar en un estado generalmente aceptable. Entre estas, son muchas las que se adjudican directamente a personas que, sabedoras de la mecánica, acuden a las oficinas del Servicio Galego de Saúde en la calle Juan XXIII, o a los centros de salud de Verín, Ribadavia, O Carballiño y O Barco.
Hacer uso de una silla ya utilizada es, en cualquier caso, una opción por parte del usuario. La administración no lo impone. Se informa, casi siempre a sus familiares del paciente, sobre la posibilidad de acogerse a esta opción. Si la aceptan, se busca la que mejor se adapten a sus necesidades; si no es así, la necesidad se resuelve con una visita a cualquier ortopedia para llevar la silla. El intermediario, por su parte, se encarga de todo el papeleo con la administración, contando, en cualquier caso, con la prescripción previamente firmada por el médico.
En la capital fueron 57 las sillas que durante el pasado año se reciclaron, usadas y adjudicadas a pacientes cuyos familiares las pudieron elegir entre el amplio parque que en tantas ocasiones se amontona en las dependencias del Servizo galego de Saúde en Ourense. En los centros de salud de Verín, Ribadavia y O Carballiño se gestionó la entrega de veinticinco, cinco y dos sillas, respectivamente.
Centros de salud
Con el fin de alcanzar una mejor recuperación y acercar a los usuarios la posibilidad de devolución y posterior reutilización de las sillas de ruedas, desde los servicios centrales del Servizo Galego de Saúde en Ourense se pretende instaurar la recogida de este material en los propios centros de salud, como ya se hace en tres de las villas de la provincia. La posibilidad lleva camino de convertirse en una realidad, si bien en algunos centros de salud, como ocurre con los de A Carballeira y A Cuña, las limitaciones de espacio hacen difícil su implantación.
La recuperación de sillas usadas, limitada de forma estricta a las que se encuentran en buen estado, permite a muchas personas utilizar y aprovechar piezas de superior calidad, con extras. Respaldos más altos y reciclables, reposapiés elevables, o asientos mullidos, son algunos de estos atractivos añadidos que puede tener una silla en buen uso, aunque de segunda mano. Y es que las sillas que receta el médico de cabecera son las estándar, las más sencillas, sin exceso de equipamiento. La administración paga esa silla, aunque el usuario puede, en ocasiones, adquirir una de superior categoría abonando la diferencia en la ortopedia. Estas sillas son las que más éxito tienen en el proceso de la reutilización.
La adjudicación de sillas diferentes, con otras prestaciones, más caras, las puede prescribir el médico especialista.