Tan acostumbrados parecen estar algunos políticos al y tu más que se muestran incapaces de buscar otra línea de debate. Y, de paso, siguen encumbrando a Podemos.
Pobre debut el del nuevo portavoz del PP en el Congreso. Ni elegante, ni oportuno, ni positivo, ni del nivel intelectual que se espera de él es afirmar de Podemos que «se presentan como Don Limpio pero en cuanto le pasas el algodón están cubiertos de suciedad, por no decir de caca» (por cierto, ¿le habrán agradecido la publicidad gratuita?).
No es por la vía de intentar demostrar que los rivales también están sucios como van a conseguir ilusionar a esos votantes que, según las encuestas, se fugan a velocidad creciente. Si la preocupación por la corrupción está creciendo a similar velocidad, mejor harían en emplear su tiempo en tratar de demostrar su total limpieza en vez de buscar basura en los demás.
Si, además, se empeñan en presentar como paradigma de corrupción si un doctor en Políticas hizo en uno u otro lugar el trabajo temporal para el que le contrató una universidad, poco van a conseguir. Sobre todo porque, además, parecen minusvalorar la reconocida capacidad dialéctica de algunos de los principales dirigentes de Podemos y lo cómodos que demuestran encontrarse en el debate ante las cámaras de televisión.
Con técnicas tan ramplonas no van a conseguir pinchar el globo que infla cada días más el deseo de cambio, aunque sigan siendo enormes las dudas de si en su interior hay respuestas para nuestros muchos y graves problemas. O cambian de registro o en ese globo seguirán embarcando viajeros, con tantos deseos de salir del marasmo actual que ni preguntan el rumbo.