«Este mundo es muy absorbente»

Por Nacho Mirás Fole

CULTURA

Hasta el año pasado era uno de los puntales de la París de Noia. Después de haber sido madre, vuelve a los escenarios en otra formación, pero con las mismas ganas

09 ago 2010 . Actualizado a las 16:48 h.

Ella sí, y no la Carmiña Burana de Pérez Varela, es una de las grandes cantantes del país. Con París de Noia, sus fans se hicieron legión; no hay más que verla en acción, metida en la piel de cualquier estrella. Ahora, tras haber sido madre, ha fichado por la Orquesta Lamas. Pero Ruth Núñez Carballa (Santiago, 1981), un referente en la verbena gallega, tiene muy claro que hay vida más allá del escenario móvil; la vida de verdad.

-No sé si se acuerda. Hace dos años les hicimos un seguimiento con París de Noia para La Voz. Y usted decía que, con el ritmo de vida que llevan las orquestas, formar una familia es imposible. Pero usted acaba de hacerlo...

-Sí que me acuerdo. Aunque no lo tenía pensado, son cosas que surgen. Te viene una situación que te cambia la vida y te adaptas.

-¿Se va a quedar con la Orquesta Lamas o llega solo para acabar la temporada?

-No lo sé, es pronto. Se está empezando a hablar todavía ahora de cambios en las orquestas y yo tampoco tengo muy claro lo que voy a hacer para el año que viene.

-¿No se cansa una de la vida ambulante?

-Sí, no es la vida ideal para tener niños pequeñitos. Pero es algo que tengo que aprovechar ahora, porque una vez que el niño empiece con el cole, a partir de los tres años, ya no podré. No es que no pueda, es que no quiero, lo primero es mi hijo, no quiero vivir otra vida.

-¿Nunca la tentó hacer carrera musical en solitario?

-Es muy complicado.

-¿Depende de la suerte, de los contactos...?

-Más que nada, contactos. Hay gente buenísima por ahí a la que nadie conoce. Y hay otros que están ganando un montón de dinero y son famosos sin tener las cualidades. Es importante tener algún padrino, quizás también vivir en una ciudad grande, con más oportunidades. Pero tampoco se puede decir que yo haya hecho mucho por una carrera en solitario; casi ni lo he intentado.

-En Galicia pervive el eterno -y sano- enfrentamiento entre los que son de la París de Noia y los que son de la Panorama, pero seguro que hay aun montón de orquestas igual de buenas...

-Sí. Pero hoy en día en las orquestas prima mucho el montaje de escenario, de luces... No todas las orquestas se pueden permitir montajes tan grandes, que le entran a la gente por los ojos.

-Por cierto, su salida de la París de Noia fue un poco... ¿precipitada?

-[Se ríe]. Fue forzosa. Estábamos en plena temporada, en agosto del año pasado, y yo ya estaba embarazada. Tuve un problemilla con el embarazo y me ordenaron reposo absoluto, ya no pude trabajar más. Estuve en cama dos meses, sin poder moverme, hasta que todo se volvió a asentar. Mucha gente me pregunta si voy a volver, pero... prefiero no entrar en este tema.

-Gracias a Internet incluso los artistas pequeños tienen clubes de fans, foros dedicados. Eso será bueno...

-Sí, es todo mucho más cercano, puedes chatear con la gente, responder a sus preguntas...

-No son pocos los que dicen de usted que es la mejor cantante de orquesta de Galicia...

-No, qué va. ¡Eso es la gente que me quiere bien! Cada uno tiene su propia opinión y todos hacemos lo que buenamente podemos. Pero no me lo creo, aunque los espaldarazos son importantes.

-¿Se habría presentado a una «Operación Triunfo»?

-Estos concursos están bien para darse a conocer, pero, a veces, pueden ser hasta contraproducentes. Creo que no.

-¿Y después de la música?

-Buscaré otra cosa [se ríe] que no tenga mucho que ver con la música, y no porque no me guste. Pero, o te dedicas a las orquestas o no hay mucha más salida profesional. Me gustaría montar una tienda de ropa, por ejemplo. Si tuviera tiempo haría de todo: cursos de fotografía, de diseño, de inglés, de lo que fuera. Pero buscaré lo que mejor se me dé. Este mundo es muy absorbente y, cuando lo dejas, tienes que empezar de nuevo.

-¿De pequeña ya era de esas niñas que iban para cantante de orquesta?

-De pequeña no conocía ninguna orquesta. Cantaba y bailaba todos los días en casa, pero música americana, lo que sonaba por la radio.

-¿Y en casa entendieron que acabara dedicándose al espectáculo?

-Sí. Lo que les costó es entender la vida de lo que es la verbena. No se ve la cantidad de horas de trabajo que tenemos, que cuando vamos a tocar en verano estamos todo el día fuera de casa, que hacemos muchos kilómetros... No estamos de veraneo todo el año.

-¿Y si su hijo le dice: «Mamá, quiero ser artista»?

-Bienvenido sea, qué le voy a decir yo.