El vagabundo ucraniano que se convirtió en icono de la moda

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Slavik está en paradero desconocido. El fotógrafo Yurko Dyachyshyn encontró a este «modelo» por las calles de Leópolis, Ucrania. Lo que no sabía era que pasaría a ser un foco de inspiración para firmas de alta costura

12 sep 2023 . Actualizado a las 17:55 h.

Slavik desapareció de este mundo sin saber en lo que se había convertido. Como dice el refrán: «Hay algunos que nacen con estrella y otros estrellados». Slavik nació estrellado y se convirtió en estrella. Por desgracia, él nunca lo supo, o por lo menos eso es lo que se presupone. Este vagabundo ucraniano está en paradero desconocido. Debería de tener unos 55 años ahora mismo, sin embargo, sus coordenadas se desconocen desde el año 2013, cuando el fotógrafo Yurko Dyachyshyn le fichó como modelo para posar ante su lente. El mismo profesional lo cuenta así en las redes sociales: «Al principio del año 2013 Slavik desapareció de las calles de Leópolis. Actualmente, no se sabe nada de su destino». Yurko Dyachyshyn lleva la cuenta de Instagram de Slavick, desde donde narra la historia de su reconocido icono.

Todo empezó en el 2011, cuando Slavik llamó la atención del fotógrafo por su «estilo de vida particular» que, según él, no era típico de una persona sin hogar. En opinión de Yurko, el vagabundo nunca repetía outfit, lo que llamó su atención, algo desconcertante hablando de una persona de pocos recursos y sin hogar. A partir de ese momento decidió fotografiar cada uno de los «modelitos» que vestía. Como resultado, sacó en el 2013 Moda Slavika, un proyecto de 100 retratos cuyo tema principal era la vestimenta de este modelo tan particular. Con el tiempo, ambos se hicieron íntimos. Yurko no se cansa de repetir que era, o que sigue siendo, una persona única e inigualable.

Las calles de Leópolis se convertían en una la alfombra roja cuando Slavik se paseaba por ahí. Y Yurko pasaba a ser una especie de paparazi cuando veía a aquel vagabundo pasar. Además de cambiar de ropa a menudo, cuenta que cambiaba continuamente de peinado, e incluso se afeitaba las axilas. Era gitano, pero, según apunta el fotógrafo, fue desplazado por miembros de su propia raza: «Lo desterraron por ser diferente a ellos». Desde entonces, hasta ahora, se dice que los «modelitos» de Slavik funcionaron como inspiración para muchos diseñadores de gran renombre. Entre ellos, la firma Vetements hizo eco de su ejemplo a seguir. De hecho, en la última pasarela se pudo distinguir un suéter muy parecido al del vagabundo, con el mismo estampado que el que se mostraba en una de las fotos que le sacó el cámara. Sin embargo, Yurko, a través del perfil que le hizo a Slavik en Instagram, critica a aquellas marcas que no reconocen la similitud entre las prendas de su modelo y las suyas.

Aun así el fotógrafo lo recuerda por ser como era y no por convertirse en un icono de la moda. Lo que de verdad admiraba era su manera de ver la vida. «Slavik anda siempre por las calles. En algunos casos y de manera suave, pide limosna. Bebe alcohol sistemáticamente, casi siempre toma cerveza, pero no es alcohólico», así lo recuerda. Confiesa, además, que el vagabundo siempre habló de un escondrijo que tenía, donde tenía instalado su armario. Quizás se encuentra ahí descansando. Para el vagabundo, la humildad y la fama no van de la mano.