Consejos para afrontar la cuesta de enero

P. Avendaño

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Los primeros meses del año son insoportables para la economía de muchas familias. El 48 % de los gallegos no llegan a fin de mes. Planificar es el primer paso para que la cuesta de enero se haga menos empinada para el bolsillo

16 ene 2023 . Actualizado a las 09:06 h.

Los españoles subimos cuestas dos veces al año: en septiembre y en enero. Las dos tienen en común varias cosas. Cuando termina el verano acumulamos un tubo de gastos vacacionales —cenas, viajes, excursiones— y de repente se abre un nuevo frente para muchas familias que es la vuelta al cole. Más gastos. Lo mismo sucede en enero. Terminadas las fiestas navideñas, la resaca económica pasa factura: hemos gastado de más y para colmo, todo es más caro. En España, muchas tarifas se actualizan a principios de año conforme al IPC (Índice de Precios al Consumo). La cifra se quedó clavada en el 5,6 % este diciembre. Es un cálculo interanual, lo que significa que la vida ha ido encareciéndose a ese ritmo desde el mismo mes del ejercicio pasado. Pero es que por aquel entonces, los precios ya acumulaban una subida récord. Además, el inicio de año coincide en esta ocasión con el fin de la ayuda a los carburantes. El descuento de 20 céntimos que financiaba el Gobierno a la hora de repostar se ha terminado, así que llenar el depósito también está en la lista de cosas que, salvo sorpresa del mercado, serán más caras. Subir la empinada cuesta de este primer mes del 2023 requiere de toneladas de planificación económica y para eso, hay algunas claves.

presupuestar para aprender a gastar

La mayoría de listas de consejos financieros empiezan siempre de la misma manera: elabora un presupuesto. No es redundancia, es que simplemente no se puede gestionar lo que no se mide. El objetivo de una economía doméstica es similar al de una empresa: controlar un capital para cubrir las necesidades de cada día. Por eso, los expertos recomiendan comenzar los propósitos económicos del nuevo año analizando nuestros ingresos y nuestros gastos. Los pasados, presentes y futuros. ¿Cuánto has gastado estas Navidades?, ¿qué pagos tendrás que afrontar en las próximas semanas?, ¿cuáles son tus ingresos previstos? Hacerse esas preguntas, dolorosas a veces, es el punto de partida.

Y ahora ya no hay marcha atrás, pero para futuras ediciones navideñas, el presupuesto debe ser previo. «La Navidad es algo que sucede cada año y que, por lo tanto, podemos tener previsto», explica Ivonne Pousa, responsable de Banco Mediolanum en la zona norte, que asegura que lo recomendable es «tener un dinero guardado para estos momentos y ajustarnos a ese presupuesto». Así evitamos el despilfarro.

 clasificar los gastos

Ahorrar no es solo guardar, sino saber gastar. La afirmación es recurrente en planificación financiera y se sustenta en que, durante el ejercicio de repasar los gastos de las últimas semanas es probable que nos encontremos con alguno innecesario. Por eso, de cara a enfrentarse a la cuesta de enero, los expertos recomiendan clasificar los gastos para saber de qué se puede prescindir y de qué no. Hay algunas claves. Están los gastos fijos de primera necesidad: la hipoteca, los suministros básicos, la comida o el pago del coche. Están siempre domiciliados y no se puede escapar de ellos. También los fijos necesarios: la compra de ropa, cortarse el pelo o comprarse unas gafas nuevas. Son importantes, pero no vitales. Y en la parte baja de la escala estarían los gastos prescindibles y los imprevistos. Los primeros son el ocio o la restauración. Según el caso de cada uno, puede ser buena idea recortar en ellos hasta sanear la economía después de las Navidades. Apretarse el cinturón, aunque no para siempre. Los gastos extraordinarios son aquellos que no se pueden prever, pero eso no significa que no haya que contemplarlos. De hecho, para combatirlos está el siguiente punto: el colchón de emergencia.

TENER UN FONDO POR SI TODO FALLA

 Las primeras semanas del año se afrontan mejor con un colchón. Haber ahorrado durante los meses anteriores tiene premio y es pasar sin apuros esta época. Sin embargo, no siempre es posible. Según el Instituto Galego de Estatística, el 48 % de los gallegos llegan con dificultad a final de mes y el 6 % lo hacen con mucha dificultad. Además, el 25 % de ellos no se han permitido ningún extra en los últimos tres meses. Separar una pequeña partida de dinero cada mes puede hacerse imposible en algunos casos. Pero en otros, lo conveniente sería ahorrar un 10 % de los ingresos y hacerlo inmediatamente, en cuanto entran en el banco. La cifra no es universal e incluso pueden darse otros pequeños pasos: hay aplicaciones móviles que automatizan el ahorro redondeando los céntimos que gastamos en una compra.

 MENTALIZARSE PARA EL AHORRO

En el ámbito de la planificación financiera hay un fenómeno que se conoce bien. Se trata del llamado descuento hiperbólico, un sesgo cognitivo que nos hace valorar mucho más las recompensas inmediatas que las futuras. Hay numerosa literatura científica al respecto y se ha comprobado que, además, nos cuesta evaluar correctamente el factor tiempo. Por ejemplo: una persona podría preferir una manzana hoy, a dos manzanas mañana. Y sin embargo, preferir dos manzanas dentro de 366 días, a una manzana dentro de 365. Aunque la diferencia entre ambos casos es simplemente un día, cuando está cerca, esperar se nos hace más duro. Esta es una de las muchas explicaciones por las cuales gastamos dinero, en vez de guardarlo. De alguna forma, el cerebro está programado para sabotear el ahorro. Combatir esa tendencia exige de esfuerzo y aprendizaje.

 CUIDADO CON LAS REBAJAS

El período de rebajas es toda una tentación. Cuando los precios bajan y los productos son más baratos, parece que la compra, aunque innecesaria, queda legitimada a ojos de muchos consumidores. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Lo advirtió la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU): algunos productos, sobre todo los electrónicos y electrodomésticos, podrían esconder subidas de precio. Ya sucedió en el Black Friday. Durante el fenómeno comercial de finales de noviembre, la OCU ya denunció que un 99 % de los descuentos en este tipo de productos que se vendían en canales online eran «falsos». «El precio de referencia no era el más bajo en los 30 días precedentes», advirtió la entidad. Aun así, seguiremos gastando: la propia OCU prevé que los consumidores harán un desembolso mayor, sobre todo en ropa y calzado, especialmente entre aquellos que hayan retrasado las compras esperando esta fecha. La subida de precios también ha provocado que el 40 % de los hogares gallegos hayan cambiado sus hábitos de compra, decantándose por marcas blancas o buscando productos en oferta.

 CONTROLAR EL ENDEUDAMIENTO

¿Conviene pedir préstamos o tirar de las tarjetas de crédito para afrontar la cuesta de enero? La respuesta rápida es que no, endeudarse para hacer frente a otra deuda solo hace la rueda más grande. Sin embargo, es probable que muchas familias tengan que hacer frente a un pago imprescindible. Por eso, hay matices que implican comprender el concepto de facilidad de liquidez: todo ese dinero del que podemos disponer de forma inmediata. Cuando tenemos que realizar una compra de vital importancia, los expertos recomiendan primero identificar si seguiríamos teniendo liquidez al efectuarla. Si el desembolso nos deja sin fondos para atender imprevistos, por norma general, lo mejor sería financiarlo. Pero hay que hacerlo con control: «La financiación para el consumo es una pieza complementaria dentro de la planificación financiera. Sin embargo, siempre que sea posible, deberíamos evitar recurrir a ella como una medida desesperada para afrontar gastos», explica de nuevo Ivonne Pousa. En la teoría hay otras líneas maestras para decidirse, o no, por financiar: si el tiempo de financiación es superior a la vida útil del producto que queremos comprar, entonces, es probable que no sea una buena idea. Aunque esta norma muchas veces es difícil de cumplir. El ejemplo son los coches. Lo más habitual es pedir un préstamo para adquirir uno y sin embargo, se devalúan en cuanto ponen una rueda fuera del concesionario.

 REVISA LOS SEGUROS

En la lista de los gastos hormiga —aquellos que realizamos sin darnos cuenta y que suponen una fuga de dinero importante a final de año— están los seguros. El comienzo de año puede aprovecharse para renegociar las condiciones de las facturas de energía o del seguro del coche. En ocasiones pagamos más de la cuenta por desconocimiento o incluso podemos ahorrar dinero cambiando de compañía. «Planificar y tener conciencia de lo que pagas por cada proveedor es importante, en la economía anual familiar para no tener sustos e imprevistos. Por eso es bueno hacer una previsión de los vencimientos de cada seguro y ver si son mejorables dos o tres meses antes del vencimiento», explica Pousa.