Alejandra Dotor, psicóloga: «Hay que recordar que usar la mascarilla no es normal»

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La experta ayuda a muchas personas a retomar la vida después de la pandemia porque el miedo sigue siendo una constante

21 oct 2021 . Actualizado a las 10:06 h.

La pandemia y el confinamiento cambiaron nuestras costumbres. Ahora, con la vuelta a la normalidad, puede ser difícil perder el miedo al contagio o abandonar nuevos hábitos como el uso constante de la mascarilla.

—¿Cómo afecta la pandemia a nivel psicológico?

—Hemos sido testigos de una situación inimaginable para todos, pocas personas sabían lo que era una pandemia porque es algo que no forma parte de lo que nos pueda pasar en el día a día. A nivel psicológico lo que afecta es el miedo, la incertidumbre, tuvimos que aceptarlo perdiendo las riendas y el autocontrol, y la sensación de control es muy necesaria. En algunos casos esto se pudo manifestar como agorafobia, aislamiento o depresión.

 —¿Cómo recuperamos la normalidad?

—El tiempo siempre es necesario para asimilar cualquier cambio, vaya en la dirección que vaya y considero que a estas alturas el sentido común nos va a ayudar a alcanzar esa normalidad deseada. En primer lugar tenemos que asimilar la situación que vivimos, en la que teníamos miedo de padecer esa enfermedad que estaba matando. Ahora es un proceso y notamos los cambios poco a poco. En este último mes ya he visto que mucha gente va sin mascarilla al aire libre, manteniendo la distancia. Verle la cara a la gente es una alegría y lo que hay que hacer es atender a nuestras necesidades y que sea un proceso progresivo, cada uno tiene el suyo.

 —¿Estamos recuperando la costumbre de dar abrazos o dos besos?

—Por lo que estoy viendo, recuperar el abrazo está resultando más fácil que sacar la mascarilla. Hay que buscar el abrazo con las personas más cercanas, empezando por los convivientes, y perderle el miedo. Después, hacerlo con la gente fuera con la que tengamos esa confianza, aunque el que no era afectivo antes de la pandemia no lo va a ser ahora.

—¿Qué le recomiendas a la gente que tiene miedo a sacar la mascarilla al aire libre con distancia?

—Hay que empezar a recordar que eso que nos tira de las orejas no es normal. Partimos de la base de que hay que sentir que somos seres sanos. La persona que no quiere sacarse la mascarilla al contacto con otras personas es porque siente la enfermedad. Si te encuentras bien y no tienes síntomas de ningún tipo, vuelve a permitirte respirar al aire libre, disfrutar de las cosas que hacías antes, con las medidas básicas que ahora son muy sencillas. Si no tienes síntomas, no te trates como un enfermo y utiliza el sentido común. Por ejemplo, no tiene sentido que la lleves puesta si estás solo en el coche. Hay que empezar con pasos pequeños, dar un paseo en un parque, en una hora en la que sepas que no hay mucha gente...

—¿Hay miedo a ser juzgado por no usarla, aunque esté permitido en algunos contextos?

—Hay miedo a ser juzgado y eso nos afecta mucho a la hora de tomar decisiones, pero eso es la presión social que hay en todo. Hay mucha gente a la que le va a costar aceptar que el otro se vaya liberando.

—¿Es diferente la vuelta a la normalidad según la edad?

—A las personas de la tercera edad les ha tocado vivir una época muy complicada. El confinamiento fue terrorífico y ahora ese miedo aún se mantiene.

—Y a los niños, ¿les cuesta volver al parque?

—Los niños no se preocupan por estas cosas, cuando salen quieren jugar, tocar, abrazar, relacionarse de un modo saludable… Un niño es capaz de vivir el presente mucho mejor y de recuperar la normalidad. No tener contacto fue duro, pero lo pueden superar con facilidad.