Alicia Borrachero: «Trabajar en Terminator con Schwarzenegger fue una gozada»

Carme D. Prol / S.F.

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Con Periodistas y Hospital central se ganó el cariño del público. Alicia ha hecho de todo, hasta participar en la última película de Terminator. Ahora se pone en la piel de una policía en Los relojes del diablo, una serie sobre narcotráfico en Italia

17 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Lleva más de treinta años alternando televisión, cine y teatro. Alicia Borrachero es uno de los rostros más queridos de la pantalla, en parte por su papel en las series Periodistas y Hospital Central, dos iconos de la ficción española. Su carrera no ha parado desde entonces, con saltos a Hollywood incluidos. Ella lo tiene claro, «lo mejor de un actor se produce con el paso del tiempo». Ahora vuelve a la televisión con la miniserie Los relojes del diablo.

—¿Qué vamos a encontrar en esta mini serie?

—Es la historia de un mecánico de barcos italiano de un pueblo pesquero que, sin pretenderlo, se ve involucrado con un grupo mafioso dedicado al narcotráfico a la vez que es confidente de la policía. Ese es el conflicto central de la serie. Está basada en un libro escrito por el protagonista de la historia porque sucedió en la vida real.

—¿Te veremos en escenas de acción?

—Sí, en alguna. Hay una importante, que no puedo desvelar. Yo interpreto a la jefa de la unidad española de narcotráfico. Viajo a Italia porque la policía italiana se pone en contacto con nosotros al sospechar que este hombre está relacionado con una organización española. Lo que para mí es una operación internacional bastante importante se convierte en un asunto personal. Mi personaje, Rosa Vila, es consciente de que a este hombre le están destrozando entre todos, está enjaulado. No puede salir de la mafia ni tampoco de la policía. Todos lo utilizamos y yo tengo con él una relación en la que trato, en el sentido más humano, de acompañarlo y de cuidarlo, con bastante culpa.

—¿Te sientes identificada con este personaje?

—No me suelo identificar con ningún personaje, la verdad. Haría mi trabajo muy aburrido. Obviamente mis personajes parten de mí, de cómo soy, pero siempre trato de interpretar un papel, es decir, de ir a un comportamiento que sea ajeno, con el que no me tengo que identificar. En este caso también lo he hecho así.

—¿Qué distingue a esta miniserie de otras que ya hemos visto?

—Lo que vamos a ver es, por un lado, un thriller, una historia trepidante y por otro una historia muy humana. Yo cuando leía los guiones pensaba, «no me puedo creer que vaya a pasar esto». Tiene un ritmo y una narrativa muy atractivos. Lo que me interesó como actriz, además de trabajar con el director, es el factor humano que se desencadena de un conflicto tan complejo como puede ser colaborar con una organización mafiosa y con la policía.

—El protagonista camina entre el bien y el mal, ¿te ha pasado alguna vez?

—Yo como actriz siempre he intentado no juzgar a mis personajes, no divido entre buenos o malos. Si no, no puedo hacer un trabajo honesto. Desde la empatía trato de no ponerles etiquetas y juicios a los personajes. El origen y las motivaciones de los personajes tienen que ver más con los creadores de ficción y con lo que ellos traten de generar o no generar. Yo como actriz no puedo juzgar nunca.

—En la serie también está Álvaro Cervantes, ¿cómo fue trabajar con él?

—Ha sido una delicia. Yo ya lo conocía porque ha trabajado con mi marido y, por supuesto, lo conocía por su trabajo. Fue una alegría enorme coincidir con él y pasar el tiempo en Italia. Lo que me gustaría es vernos en otro proyecto en el que tengamos más escenas juntos. Aquí estábamos muy pendientes el uno del otro pero no compartimos escenario.

—Has trabajado en la última entrega de Terminator, ¿cómo fue la experiencia?

—Fue una cosa muy divertida. Nunca me hubiera imaginado hacer este papel. El personaje cambió bastante desde que yo me incorporé al proyecto, cambiaron una parte importante de la trama. Yo disfruté mucho porque trabajar con Arnold, en una producción de James Cameron y con el director, fue una verdadera gozada. Son personas que disfrutan mucho jugando a esto, porque son películas en las que hay que jugar todo el tiempo. También fue un placer trabajar y conocer a Linda Hamilton porque soy muy fan de ella y la experiencia fue una verdadera maravilla. Poder hacer esa película fue un auténtico regalito de la vida.

—¿Renunciarías a tu carrera de aquí por irte a Hollywood?

—Bueno, yo creo que la idea de Hollywood, afortunadamente, ha cambiado mucho. Eso es una idea que tenemos de cómo eran las cosas antes cuando parecía que era la única opción. Hoy en día el mundo está absolutamente globalizado, hay muchas coproducciones. Ahora mismo estoy rodando una serie producida por Estados Unidos y España. No creo que las carreras artísticas pasen por dar ese salto americano. Otra cosa es que uno trabaje mucho allí y decida mudarse. Pero tal y como está el mundo organizado no creo que sea necesario. Tengo muchos compañeros que van y vienen sin problema.

—¿Qué aprendiste en Periodistas y en Hospital Central?

—Aprendí muchísimo. Periodistas fue lo primero que hice con continuidad, mi primer personaje fijo en una serie. Fue muy significativo en mi carrera y también en mi aprendizaje. Allí fue donde aprendí todo lo que sé. Luego seguí formándome pero antes no había hecho prácticamente televisión, entonces fue mi primera toma de contacto con ese mundo, trabajar con las cámaras, conocer los ritmos de la televisión... Si tuviera que destacar algo sería, sobre todo, aprender a trabajar con los guiones. Esa es la parte que más me apasiona del trabajo, desentrañar los guiones, hacerlos tuyos y darles vida. Para mí fue una experiencia muy importante. Con Hospital Central igual, porque fue casi en la misma época. Lo que hizo fue asentarme y ayudarme a coger, poco a poco, más confianza.

—¿Crees que volverás a trabajar en series con tanto éxito que se han convertido en iconos?

—No lo sé. Serán otras cosas diferentes. La ficción ha cambiado mucho en los últimos años, vivimos la llegada de las plataformas, el cambio en los formatos, hay muchísima producción...Todo es posible, nunca se sabe. Yo solo espero que sigamos pudiendo contar historias para que el público pueda seguir escuchándolas, ese es mi deseo.

—¿Crees que cada vez hay más papeles buenos para mujeres maduras?

—Yo creo que esa ha sido una lucha de bastante tiempo por parte de muchas compañeras, en muchos países. La ficción también es un reflejo de la sociedad. Creo que, por suerte, cada vez hay más papeles para mujeres de distintas edades. No solamente de una edad, o de dos, sino de muchas edades. Ojalá esto siga así porque a mí, como espectadora, me encantaría que me contaran la historia de una señora de 80 años. También depende de lo que cada uno piense que es la ficción, para mí tiene que ver con la humanidad. Por supuesto que el entretenimiento es importantísimo, pero yo quiero que me cuenten relatos de personas. Como actriz me gusta contar historias humanas, en el teatro, en la ficción, en el cine...en donde sea. Yo creo que sería muy saludable que esto siguiera ocurriendo.

—¿Tuviste miedo de que cumplir años te penalizara para conseguir buenos papeles?

—Yo siempre he pensado que lo mejor de un actor se produce con el paso del tiempo, sea un hombre o una mujer. Siempre lo he pensado y lo sigo pensando. Ahora estoy con Las Criadas, en teatro, interpretando a un personaje que no podría haber hecho con 20 años. Creo que hay historias de todos los tipos, para todas las edades. Parece que es malo cumplir años y yo pienso que es todo lo contrario.

—Llevas 18 años casada con otro actor, ¿cómo es convivir con alguien de tu mismo gremio?

—En mi caso, somos un equipo en el que nos apoyamos como cualquier matrimonio de otras profesiones. Lo único diferente es que, en este caso, podemos comprender más la situación del otro en cada momento. Para mí ha sido una experiencia muy positiva en todos los sentidos.