
¿No te puedes quitar de la cabeza ese bolso que viste en una revista? Recorta la imagen o hazle una foto y ponte en contacto con esta agencia de detectives de ropa, que te ayudará a localizarlo donde haga falta
18 jun 2021 . Actualizado a las 15:07 h.E se 37 que siempre se agota, ese modelo icónico de Channel que no eres capaz de conseguir online o ese bolso que viste en una revista, del que te has enamorado, y que no sabes por dónde empezar a buscar. Olvídate de convertirte en agente de la CIA especializado en moda, que para eso ya está La Agencia Secreta, el servicio de personal shopper más exclusivo del mercado. Antes de rendirte contacta con ellas, porque son capaces de buscar, encontrar y comprar cualquier objeto de marcas de lujo con el que te hayas encaprichado. Solo hay dos requisitos: tienen que ser artículos de temporada (a no ser que sean clásicos que no pasan de moda) y que se trate de ropa o complementos de marcas exclusivas. ¿Cuáles? Pues todas las más top que se te ocurran: Louis Vuitton, Dior, Channel, Gucci, Céline o Loewe.
Una captura de Instagram o un recorte de revista es suficiente para lanzar la orden de busca y captura. Antes de la pandemia, no tenían límites, miraban en casi todos los mercados del mundo, sin embargo, el covid ha obligado a acotar el perímetro y centrarse en Europa debido a los problemas con las aduanas o restricciones de vuelos. «A veces también se meten en la web de la propia marca, y aunque se lo podrían enviar sin problema, igual está agotado y nosotros podemos tener la oportunidad de conseguirlo en una tienda física. No quiero hablar mal de las marcas, pero puede que nos hagan más caso que si llama un cliente particular porque somos muy buen comprador, somos varios clientes en uno», explica Virginia Ibáñez, CEO de la empresa. Lo que más les piden son bolsos, la categoría más requerida y también la que menos riesgo supone, aunque entre las últimas peticiones también se encuentra una tabla de surf de Louis Vuitton. Son meros intermediarios, por lo que en caso de que haya que hacer algún cambio o devolución es el cliente con el tique regalo el que se tiene que poner en contacto con la marca. «Son muy escasos los problemas. Son muy recurrentes las marcas que les gustan y conocen muy bien las tallas que llevan», señala la directora.
DE PROYECTO A REALIDAD
Mujer de entre 30-40 años suele ser el tipo de cliente que requiere este servicio. Sin embargo, hay algunas de más edad, que siguen siendo fieles desde hace 12 años cuando echó a andar este proyecto. «Ahora han surgido otros similares, pero cuando yo lo monté no había nada así en España. Es una idea original, no la vi en ningún lado, de hecho, me costó bastante posicionar el concepto porque era muy novedoso: yo te busco y te compro cosas, que tú no puedes encontrar donde vives», indica.
La Agencia Secreta nació como un trabajo de un máster, que posteriormente Virginia elevó a categoría de realidad. «En aquel momento, por una situación personal, tenía la oportunidad de poder viajar por el mundo, no había los comercios online que hay ahora, a la gente le daba pudor entrar en las tiendas de lujo, era más prohibitivo para algunas personas... Y se me ocurrió acercar un poco el lujo a gente que lo puede pagar, pero que a lo mejor donde vive no puede conseguirlo», señala la fundadora de este proyecto. Comenzó trayendo cosas de París, Italia o Nueva York a los clientes potenciales que podía tener, poco a poco fue cogiendo forma, y hasta hoy.
Ni siquiera el bum del comercio online supuso competencia para La Agencia Secreta, sino que de alguna manera la trayectoria ha sido en paralelo. Que la gente se haya acostumbrado a comprar sin ver o esté más abierta a otros canales, como este que nació con una vocación no presencial, les ha beneficiado. «Además de buscar cosas concretas, hay una parte del negocio que ha evolucionado, por ejemplo, a la asesoría de regalos. Hay quien nos pide que les compremos para familiares o aniversarios... Al final te conviertes en un experto en novedades, en el lujo, y tienes acceso antes que otra gente. A lo mejor llegan a España dos unidades de un producto, y una es para nosotros».
"El cliente español compra lujo muy fácil de reconocer"
Pero el trabajo de espionaje textil no se limita a localizar caprichos varios o comprar regalos, sino que, además, esta agencia puede adelantarte las colecciones meses antes de que salgan a la venta para el público general en una especie de pre-order (preventa). Y es que muchas veces, cuando llegan a las tiendas, hay artículos que están agotados porque ya se han adquirido previamente por compradores preferentes. «Inicialmente el cliente valora que le busques algo en concreto, pero luego sin agobiar, también que le digas: ‘Te mando el catálogo de algo que va a salir dentro de dos meses'. A lo mejor en un momento no le interesa, y en otro lo ve como una oportunidad porque sabe que en el mundo del lujo las cosas se venden muy rápido, aun con crisis o pandemias», señala Virginia, que confiesa que llegó a pensar que este negocio se iría al traste con la alerta sanitaria, pero se han encontrado con todo lo contrario.
A REBUFO CON LA MODA
¿Pero son capaces de encontrar todo, todo y todo? Aunque la mayoría de las peticiones vienen con nombre y apellido, alguna vez se les ha resistido algún artículo porque no son capaces de saber de dónde es. Un porcentaje muy alto demanda las marcas más reconocidas del mercado, aunque también hay quien pregunta por un vestido de flores, que tanto puede ser de un mercadillo como de una boutique. También puede pasar que se ponga de moda algo aquí que ya no se lleve. «Hay mercados lentos en reaccionar, por ejemplo, el español. No busca las novedades, siempre va renqueante con las tendencias. Cuando piden las cosas ya estamos en otra temporada», señala Virginia, que define al cliente español como alguien conservador, que busca invertir a largo plazo. «No tenemos el poder adquisitivo de otras economías, que se pueden permitir comprar lo más loco y lo más nuevo. El cliente español que accede al lujo hace una compra supermeditada, quiere que sus similares reconozcan que se ha comprado un producto de lujo, algo muy identificativo, muy fácil de reconocer», apunta.
Dice que el lujo no es solo cosa de millonarios. Obviamente, el que pide una tabla de surf de Louis Vuitton lo es, pero también está el cliente que ahorra y hace el esfuerzo para tener sus primeras bailarinas de Channel o un Neverfull de Louis Vuitton. ¡Así que no pierdas la esperanza!