
Billones de microorganismos viven en el cuerpo y ayudan a su bienestar. Pero el ritmo de vida actual no les ayuda: de ello trata el último libro de esta experta en medicina evolutiva
01 may 2021 . Actualizado a las 19:33 h.¿Sabías que dentro del cuerpo conviven billones de microorganismos? De ellos depende el bienestar de las personas y no solo eso, no pensar en todas esas bacterias y virus a la hora de alimentarse o decidir dónde uno disfruta de su tiempo libre puede ocasionar más de un problema. Hablamos de ello con Sari Arponen, doctora de Ciencias Biomédicas, especialista en Medicina Interna y autora de ¡Es la microbiota, idiota!, un libro con el que intenta enseñar a la población y concienciar a la comunidad médica de la importancia de estos organismos cuyos cuidados podrían solucionar dolores de cabeza, malas digestiones, dermatitis o depresión; y son solo algunos ejemplos de los muchos problemas que tienen detrás un desequilibrio de los microorganismos que habitan el cuerpo humano.
-¿Qué hacen todos esos bichitos dentro del cuerpo humano?
-Los microorganismos están en todas partes, y en nuestro cuerpo son responsables de cómo nos sienta la comida, del aspecto de nuestra piel, de nuestra memoria o de la ansiedad. En todos estos casos hay disbiosis, es decir, un desequilibrio de la microbiota.
-¿Hay pautas sencillas para su cuidado?
-No podemos controlar aspectos como la contaminación, pero hay cosas que sí están en nuestras manos como la alimentación: comer más de mercado que de supermercado y evitar los ultraprocesados es clave.
-¿Hay una microbiota característica para cada región?
-No exactamente, depende más de aspectos individuales, aunque los habitantes de un mismo lugar sí tienen características comunes.
-Sin embargo, en su libro pone de ejemplo a los ancianos de Ourense.
- Se dan unas características que ayudan a que sean más longevos que la media, tienen buena salud y buena microbiota. También ayuda la dieta atlántica, el estar cerca de la naturaleza, el vivir alejado de las ciudades…
-¿Y el mar ayuda?
-El aire en las zonas de costa tiene también una serie de virus y bacterias que nos benefician, sí. Por no hablar de que permite tener cerca alimentos frescos como pescados, mariscos o moluscos.
-¿Por qué muchos problemas de salud pasan por el estómago?
-Porque el aparato digestivo es un verdadero sistema inmunitario por sí mismo.

-¿Qué es lo peor que hacen las personas contra su microbiota?
-Con el ritmo de vida actual se depende mucho de los ultraprocesados. Y también hay gente que se olvida del ejercicio físico y del cuidado de la salud mental. Hay mucho estrés, mucha dependencia de las pantallas y sí, eso también afecta a nuestra microbiota.
-Con tantos factores a tener en cuenta, ¿no es complicado dar con el problema exacto cuando algo falla?
-Lo primero siempre es hacer una buena historia clínica, saber lo que come el paciente, el estado de su tiroides, de la vitamina D… Las pruebas de microbiota son caras pero no son imprescindibles para una primera evaluación.
-Hablando de sanidad: ¿mejoraría la salud si los médicos de cabecera tuvieran más en cuenta a estos microorganismos?
-Veo más necesario incorporar nutricionistas a la sanidad pública, no hay apenas y son clave para dar una buena educación a la población. También los médicos deberían conocer un poco más la microbiota para saber, por ejemplo, qué probióticos dar cuando se prescribe un fármaco. La medicina actual es muy farmacocentrista, se abusa mucho de medicamentos como el omeprazol, que no debería prescribirse de por vida.
-Habla mucho de la celiaquía y de su relación con enfermedades cada vez más habituales, como la psoriasis.
- Se sigue pensando que es una enfermedad del aparato digestivo y es una enfermedad multisistémica. Y el 80 % de los celíacos no saben que lo son.
-Pero además parece que el rechazo al gluten está de moda.
-La gente busca soluciones cuando no las encuentra en la consulta del médico. El trigo no es necesario para estar sano, pero tampoco es lo mismo reducir el gluten que eliminarlo de la dieta. En general, es buena idea reducir su consumo, pues comer productos con trigo tres o cinco veces al día implica ingerir un exceso de calorías de escasa densidad nutricional.
-Quitaría el trigo, y también muchas cremas para la piel...
-Ya hay bastantes empresas cosméticas que empiezan a tener en cuenta los probióticos y los están incorporando a sus productos porque es una demanda de la propia ciudadanía.
-Pero son aún productos caros...
-La piel humana no necesita ni la mitad de cosméticos que consumimos, una higiene básica y unas pautas son más que suficientes para cuidarla.