Laura Lizancos: «Mis alumnos se pasan toda la vida en pijama»

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CEDIDA

Este cole es de los pocos que siguen abiertos, porque la profe del Materno no deja jamás a sus niños solos. Menos ahora que sufren un doble confinamiento: «¡Ellos sí son expertos en aislamiento!»

17 abr 2020 . Actualizado a las 12:09 h.

Ahora que nos quejamos de estar mucho tiempo en casa, hay que pensar en aquellos que están deseando llegar a ella. Aquellos que están deseando cruzar la puerta y volver a la vida normal con sus hermanos y sus padres. Son esos niños que llevan meses en el hospital, con patologías crónicas, y que cuentan las horas para recuperarse en su entorno habitual, en su hogar, el mejor sitio en el que podrían estar ahora mismo. A ellos se dedican en cuerpo y alma enfermeros, médicos, auxiliares, pero también una persona muy especial que hace que su día a día sea más llevadero, su profe de hospital.

La del Materno, en A Coruña, es Laura Lizancos, una apasionada de la docencia y de la didáctica que por tradición familiar ha desarrollado una vocación que solo le aporta alegrías. Ella asegura que en estos difíciles momentos en que sus «niños» están viviendo un doble confinamiento no podía fallarles, así que ha sido «desobedientemente obediente» y le ha comunicado a la Consellería de Educación que seguirá acudiendo a ver a sus alumnos todos los días. «¡Cómo iba a fallarles ahora, cuando más me necesitan!», exclama llena de emoción, para recalcar que ella forma parte de un equipo extraordinario de personas que no saben de agostos ni de Navidades, porque uno no elige cuándo le va a tocar pisar un hospital. Los alumnos de Laura llevan  muchos meses con esos cuidados, pero tienen distintos perfiles, desde «muy chiquitines hasta chicos de 16 años». Y como ahora por seguridad no pueden tener el aula abierta ni la sala de juegos, la profe se encarga de llevarles material didáctico todos los días. «Nuestros niños no están haciendo ecuaciones, ni nuestra tarea es añadir contenidos a la tercera evaluación. No. A mí ya no me va ese estilo de enseñanza de página 14, ejercicio 2. Eso no sirve. Los profesores debemos ser unos provocadores sociales, y en estas circunstancias analizamos por qué están aquí, cómo vamos a salir de aquí, y qué alternativas tenemos para afrontar situaciones que se nos dan en la realidad. Tenemos otro tipo de proyectos que son los recursos que relamente van a tener ellos en su vida», explica Laura. 

Ella en otro momento de su carrera profesional se dedicó a la cooperación internacional y estuvo en muchísmos sitios en conflicto (Serbia, Grecia, Mosul…), esas experiencias la han ayudado a entender y a enfrentar este confinamiento con otros ojos. «Cuando ves esas crisis te das cuenta de cómo se vive solo con un plato de arroz, sin colegio, sin ningún tipo de condiciones higiénicas y relativizas. No quiero parecer una happy flower, pero los niños en estos momentos son los más sabios de la familia, están alegres de tener a sus padres en casa, su entorno, su hogar. Nosotros estamos confinados en un entorno positivo, nos falta la naturaleza, sí,  pero ojalá aprendamos de todo esto y no volvamos a aquella locura». «A aquello -añade- de dejar a los niños en baile, yudo, inglés, de no atender a nada, de no tener tiempo para hablar con los abuelos, eso no puede volver».

«APRENDO DE SU FORTALEZA»

Laura lo sabe bien porque sus alumnos le demuestran lo verdaderamente importante todos los días. ¿Qué has aprendido de ellos?, le pregunto. «Buf, todo, todo su corazón, su fortaleza, y que ellos no se preocupan, se ocupan de lo que tienen delante cada día». La profe del Materno cuenta que ella recurre a todo tipo de material, hace Arte, así con mayúsculas, con ellos, crean figuras con arcilla, pintan, comparten música, libros..., aunque sin ningún tipo de dudas lo fundamental para ella es atender a sus emociones. «No se puede pensar que estamos haciendo trigonometría sino que es un acompañamiento. Cuando abres la puerta y apareces ves ese cambio en su mirada», apunta Laura, que resalta que su función primordial es estar ahí. 

EMPATÍA EMOCIONAL Y UNA WEB LLENA DE RECURSOS

«Al principio están temerosos, sorprendidos, pero es verte entrar, y se produce ese momento maravilloso, ese instante, en que les dices: 'Estamos con vosotros, para vosotros'. ¿Qué es lo que te preocupa?¿Qué sientes? ¿Qué necesitas? Esa empatía emocional que tienes es lo importante. Ellos te cuentan sus miedos: «Temo contagiarme, temo que la gente se muera, temo salir a la calle». «Nuestros niños por desgracia ya eran especialistas en aislamiento, pero ahora sufren un doble confinamiento porque solo pueden estar con ellos una persona». Antes los podían visitar sus profes, sus hermanos, sus abuelos, pero ahora están metidos en la habitación, así que la presencia de Laura es una ventanita a un mundo de posiblidades. Eso y que a través de una tablet que les dan en el hospital pueden comunicarse por chat con su profe y con otros niños del hospital les da la vida. «Estamos aislados, pero no incomunicados», reflexiona Laura, que ha creado la web aescolaenpijama.com en donde se comparten un montón de proyectos y recursos para este tiempo de confinamiento. 

«No solo sirven para nuestros niños, sino para todos los que quieran acercarse. Podrán visitar las pirámides de Egipto, hacer experimentos caseros como científicos, viajar, escuchar música, componer, vivir la vida de un artista, y hay una zona de familias en las que se puede escuchar y leer a expertos que hablan sobre las emociones, gestionar las pérdidas. Hay todo tipo de cursos de la universidad gratuitos y hasta cómo hacer encaje de bolillos», señala Laura. Ella es de las que cree que ahora igual que se ha visibilizado el trabajo de los sanitarios, la educación tiene una oportunidad de dar un giro. «No se tiene que traer un plan de valores a la escuela, la escuela ya son los valores. No puede ser que les hagamos vomitar solo contenidos a los niños. Mira, cuando yo estaba en la India, les enseñaban cómo sobrevivir a las picaduras de víbora; y en Venezuela, donde yo nací, nos enseñaban cómo sobrevivir a los fenómenos naturales (terremotos...)», expresa Laura.

ENSEÑAR A SOBREVIVIR

«Este confinamiento es una oportunidad para aprender tantas cosas. En casa se puede aprender matemáticas cocinando (midiendo los ingredientes), pero también mirando por la ventana y preguntándole al niño: '¿Qué ves?' Un camión. '¿Que lleva?' Productos esenciales.' ¿Qué son los productos esenciales?' ' ¿Por qué la gente compró papel higiénico?'. Hay que enseñarles ahora también a sobrevivir, yo lo hago diariamente con los niños del hospital, que desgraciadamente se ven obligados a pasar mucho tiempo aislados».

«ABRAZA, SIENTE, ESCUCHA»

«Los padres nos angustiamos por el porvenir de nuestros hijos, pero luego te vienen mal dadas y te das cuenta de lo que importa. Aquí hay niños que se sorprenden de que sus padres estén día y noche con ellos. Por eso yo digo: 'Abraza, siente, escucha, cree y ya está. Eso es lo que necesitan los niños de sus padres y  también de sus profesores».

Por eso Laura es tan especial, porque está también en primera línea y sabe lo que demandan los niños con cardiopatías, con cáncer o con otras enfermedades duras. «Yo nunca podría haber pensado que mis alumnos iban a estar toda la vida en pijama, pero ya ves, la sociedad idílica solo venía en los cuentos; por eso yo aprendo tanto de ellos, porque son todo corazón. De ahí que sea imposible no emocionarse como ahora, que una renacuaja acaba de dejarme un dibujo que pone: 'Para la profe Laura, por lo buena que ha sido conmigo y todas las sorpresas que me ha traído a la habitación'». Eso es lo importante, no la tercera evaluación.