Del Teatro Real al patio de luces

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CEDIDO

28 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La temporada pasada actuó en el Teatro Real, el Liceu y la Zarzuela, entre otros grandes escenarios. Fue un gran año. Este 2020 lo inició también de manera espectacular, en el Campoamor de Oviedo, en la Fundación Juan March de Madrid y, ahora, en el patio de luces de su edificio. «La crisis del coronavirus me cogió en Sevilla. La cancelación me pilló en los ensayos del Barberillo en el teatro de la Maestranza», comenta el barítono gallego Borja Quiza. El virus nos mantiene a todos en cuarentena, y también a las figuras destacadas de la lírica como este ortegano residente en A Coruña. Lo cierto es que el estado de alarma sirve para descubrir a artistas desconocidos que se asoman a cantidad de ventanas y balcones de toda la comunidad. Pero también para que otros más populares y de estilos tan diferentes como Tony Lomba en Vigo o Borja en A Coruña demuestren que son capaces de enfrentarse a cualquier situación gracias a su talento.

PETICIÓN VECINAL

La parte de atrás de la vivienda de Borja Quiza da a un gran patio de luces que conforman varios edificios en una zona cercana a Riazor. Es un bosque de ventanas y la banda sonora la que produce una orquesta de lavadoras centrifugando. Como están haciendo tantas comunidades de vecinos por Galicia adelante, niños y mayores organizan actividades para hacer más llevadero el confinamiento. Borja tiene dos hijas preciosas, Daniela, de 9 años, y Valentina, de 5. Las pequeñas quedaron con otros niños de la urbanización para llevar a cabo un juego conjunto a las dos de la tarde. «Estaban poniendo canciones con unos altavoces y colgando globos de una ventana a otra. Entonces salió gente de mi edificio, que me conoce, y empezaron a gritar «que cante Borja», recuerda el prestigioso artista. Y entonces Borja, por primera vez en su vida, cambió los auditorios del Liceu, el Teatro Real o la Scala de Milán por un patio de luces sin focos, telones ni críticos musicales. Un espacio con tendales, antenas y cañerías y con un público integrado por agradecidos vecinos confinados como él.

LA MAGIA DE «LELA»

Con Valentina en brazos, empezó a cantar. Su chorro de voz inundó el silencio del patio de luces. Como si estuviesen en palcos de la ópera de Sídney los vecinos de los otros edificios comenzaron a asomarse a sus respectivas ventanas. Sin comprar entrada estaban asistiendo a un espectáculo único que acabó con una gran ovación. Borja Quiza escogió Lela, una canción gallega que cuando se interpreta con sentimiento es difícil de superar. Están as nubes chorando, por un amor que morreu. Están as rúas molladas, de tanto como choveu. Lela, Lela. Leliña por quen eu morro. Quero mirarme nas meniñas dos teus ollos. Non me deixes e ten compaixón de min. Sen ti non podo, sen ti non podo vivir... Ahora todos quieren «otra, otra…». «No quiero ser el pesado del barrio. De vez en cuando no me importa aportar cosas bonitas a esta situación que estamos viviendo», responde el barítono. Aprovecha el confinamiento para alegrar a los vecinos y para preparar la temporada truncada. El Laboratorio artístico que abrió con su mujer hace unos meses en A Coruña permanece cerrado. Es un ambicioso proyecto multidisciplinar que ocupa uno de los locales del centro comercial Espacio Coruña. Ahora, como tantos otros pequeños empresarios, tiene que hacer frente a una situación totalmente inesperada. Lo mismo sucede con su carrera profesional. Algunas actuaciones ya fueron canceladas y otras pueden correr la misma suerte. «Lo próximo que tengo en la agenda es un concierto de canción americana en la Fundación Juan March en abril que por el momento sigue en cartel pero veo difícil que se pueda celebrar. En junio tengo un Barbero de Sevilla en Jerez que espero que sí pueda hacer», analiza. Y mientras tanto sus vecinos esperando el próximo recital gratuito de este genio gallego de la lírica. Seguro que les vuelve a sorprender.