Mantas que pesan mucho: ¿lo último para dormir bien?

ANA BULNES

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SENSACIÓN DE ABRAZO El nórdico nos permite hacer la cama en dos segundos, pero le falta el peso de las mantas de toda la vida. Las hay, dicen, que hasta pueden acabar con el insomnio e invitar al sueño. ¿Deberías hacerte con una este invierno?

06 nov 2018 . Actualizado a las 01:10 h.

Ahora que llega el frío y tenemos por delante varios meses en los que la palabra manta se convierte en sinónimo de placer y refugio, quizá sea también el momento de revisar cómo preparamos la cama para el invierno. Hace unos años variaba solo el número de mantas, pero hace ya tiempo que el nórdico se ha ido abriendo camino entre los más jóvenes gracias a sus dos características principales: es calentito y permite hacer la cama de forma rápida y fácil.

Lo que le falta al nórdico, no obstante, es el peso, esa sensación de protección y casi seguridad de que vamos a dormir bien (o al menos calentitos) que tenemos nada más meternos bajo una manta de las buenas, de esas gruesas y pesadas de toda la vida. Si además alguien nos arropa y ajusta bien las sábanas y las mantas bajo el colchón, la sensación de comodidad y seguridad aumenta.

En esto precisamente es en lo que se basa una nueva tendencia en ropa de cama que intenta poner fin al reinado de los nórdicos: las mantas pesadas. Y no, no son las de toda la vida, son mantas que pesan alrededor de 10 kg. La recomendación, porque hay distintos modelos, es que sean un 10 % de tu peso corporal. Mucho más que la manta de la aldea.

CONTRA EL INSOMNIO

Los fabricantes de este tipo de mantas se escudan en la ciencia para explicar por qué es buena idea poner una en tu cama: según aseguran, ayuda no solo a combatir el insomnio, sino también otros problemas como la ansiedad, que suelen tener un impacto negativo en el sueño.

Las mantas pesadas no son nada nuevo: se usan desde hace años en contextos terapéuticos, pero faltaba una versión orientada al mercado de consumo. Ahora, en plena época del mal dormir -según la Asociación Española de Neurología, más de cuatro millones de españoles sufren insomnio crónico y entre un 25 y un 35 % insomnio transitorio- ya hay varias en el mercado.

¿Por qué funcionan? Por un lado, empujan el cuerpo hacia el colchón, y por otro, el peso de la manta crea una sensación similar a la de un abrazo. Esto, aseguran los fabricantes, ayuda al cuerpo a dormir al reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y aumentar los de serotonina y melatonina. De ahí al sueño profundo.

El problema de esta ciencia es que los estudios son muy pocos, y varios de ellos tienen detrás a los propios fabricantes de mantas pesadas, startups como Gravity o BlanQuil que lanzaron el proyecto en plataformas de crowdfunding. Si bien la mayoría de las críticas y opiniones de usuarios aseguran que gracias a la manta duermen mejor y de forma más profunda, hay también quien habla del efecto contrario: se sienten atrapados y no protegidos, y llegan a acabar incluso en ataques de pánico.

Teniendo en cuenta que las mantas en cuestión no son precisamente baratas (rondan los 250 euros), quizá lo mejor sea empezar rescatando del fondo del armario las mantas pesadas de siempre: esas que nos recuerdan las noches de nuestra infancia -cuando además seguro que suponían el 10% de nuestro peso- y dormíamos tranquilos y en paz.