Habrá que hacerse uno para sentirse como una reina.
SONSOLES CORREDOIRA, DISEÑADORA
¡Qué bonito sombrero! Más bien: «It´s a lovely hat!». Eso gritó de forma espontánea un inglés que se encontraba en Ascot cuando vio la pamela que Sonsoles Corredoira había montado para una de sus clientas. Seguramente al caballero británico le sorprendió la flor elegida por la invitada española para adornar su tocado, un imprescindible en esta cita ecuestre por excelencia. No es para menos, porque las hortensias no abundan en tierras inglesas. Con una pamela de 50 centímetros de base, «que es la medida perfecta», Sonsoles se puso manos a la obra. «Yo quería hacer algo escandaloso, tampoco un campo de fútbol ni ninguna excentricidad, pero igual sí un poco más de caña, pero ella quería algo más sencillo, y fue lo que hicimos», comenta la diseñadora de complementos. A mediados de mayo, una clienta que prefiere guardar su anonimato, se puso en contacto con ella nada más recibir la invitación para tan selecto evento. «Ella tenía claro que quería algo con hortensias, para llevar de algún modo un toque gallego, y entre las dos fuimos elaborando el diseño», explica. Como ya tenía elegido el vestuario, la elección de los colores fue más sencilla, porque con esa referencia solo había que buscar el tono que mejor encajara. Finalmente sobre una base negra eligieron flores en una gama de tonos naturales. Done! Que diría el espontáneo. «Es que a veces no hay que meter nada más. La sencillez es el toque perfecto. Nos quedó un tocado muy gallego, que en Londres no se ve mucho, y era como llevar un símbolo de aquí». De A Coruña a Londres, y de Londres a A Coruña, previo paso por el hipódromo claro, y el sombrero intacto. «Iba como un recién nacido en el avión», comenta entre risas Sonsoles.
Antes de ir al grano, estuvo poniéndose al día de los intríngulis que rodean este evento tan exclusivo. Porque ojo con saltarse el estricto protocolo. Aquí según día y palco que te toquen hay que ir de una manera o de otra, es decir pamela o tocado. Y no hay más que hablar. «Ella iba el día más importante, al palco más importante, por lo que solo podía ir con pamela», matiza. Lo bueno es que más allá del formato en la decoración no se meten, de ahí que se lleve tanto el free style, que a veces es para llevarse las manos a la cabeza. «Sí, se ven los dos extremos: las excentricidades y los muy básicos que rozan lo ñoño. El mío no era ni una cosa ni la otra», explica la propietaria de la tienda-taller Sonsolescorredoira, que se encuentra en el Callejón de Atocha Baja en A Coruña, al principio de Orillamar. Sobra decir que durante el tiempo que dura el evento no está permitido quitarse nada de la cabeza, que esto no es una boda en A Coruña, así que mejor buscar algo que no moleste demasiado, aunque chocar en estos ambientes es inevitable. «Es todo un espectáculo, yo estaría en mi salsa», dice Sonsoles.