En esta casa somos todos chicos

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Álvaro Ballesteros

CUATRO HERMANOS PARA CUATRO HERMANAS Entramos en dos casas donde los peques ganan por goleada. Una es solo de niños y otra solo de niñas. ¿Diferencias... «haylas» o no?

26 nov 2016 . Actualizado a las 05:15 h.

El primer hijo de Carola fue un niño. «A mí me hizo ilusión, porque yo tengo una hermana pequeña y siempre me gustó la idea de tener un hermano mayor. Alguien que me abriese un poco el camino, a quien contarle tus cosas cuando eres pequeño», dice la madre de Jorge, el mayor de los cuatro chicos Martínez de Orense. A la segunda barriga, la combinación XY se repitió. Y nació Álex. «Nos pareció bien que fuese niño otra vez -dice Carola-, porque no sé si es así, pero tienes la impresión de que por ser del mismo sexo los hermanos tienen más en común». Fueron a por el tercero, ¡y apostando al 3 llegaron dos a la vez! Dos niños. Los mellizos Yago y Carlos. ¿Ibais a por la niña? «Íbamos por el tercer hijo -matiza su madre- y si venía niña, ¡genial! La primera sorpresa fue cuando en la primera ecografía nos dijeron que eran dos, y al menos uno era una niña ‘cien por cien’. La segunda sorpresa llegó después». El sexo de los mellizos se hizo pronto varón.

¿Recuerdas aún cuando nacieron Carlos y Yago?, pregunto a Jorge. «Sí. Ese día llegué del cole y mamá me dijo que tenía una sorpresa. ¡Era Carlos!». Yago se hizo esperar, llegó un poco más tarde del hospital. «Carlos se parece más a mamá y Yago a papá», asegura Jorge, el capitán de este hogar de Santiago donde vibra la afición. Les gusta darle al futbolín. «Y todos vamos al fútbol. Pero a Álex y a mí también nos gusta mucho el balonmano; a Carlos y Yago aún no, pero yo sé que también les va a gustar», asegura.

JUEGAN CON BALONES Y BEBÉS

Ponemos a Jorge en un brete. Pregunta va: ¿ayudabas a papá y mamá con los mellizos o no? «Sí, a veces les daba el biberón», dice Jorge. ¡10 puntos para el hermanazo mayor!

No sabemos si la cosa cambiaría si en el equipo de los Martínez de Orense «jugasen» también chicas. ¿Sería igual? «Yo creo que criar niños y niñas es más o menos igual, por lo menos cuando son pequeños. De adolescentes quizá ya no, porque despiertan a la adolescencia de forma distinta y no necesitan lo mismo», dice Carola. «Las chicas y los chicos somos iguales -aporta su hijo mayor-. Pero a veces nos gustan cosas distintas». «Yo lo que oigo y veo con mis amigas que tienen niñas -continúa Carola- es que ellas suelen ser más tranquilas, aguantan más tiempo pintando o jugando a las muñecas o a un juego de construcción. Los niños, o por lo menos los míos, a los cinco minutos ya están pidiendo un balón o una bicicleta». Pero los Martínez de Orense también son de jugar con bebés, cocinitas o la escoba y la fregona de juguete. «¡Ellos juegan a todo!», asegura su madre. ¿Y qué pasa si llega el quinto? «¡No, no! Como dice mi hermana -cuenta Carola entre risas-, yo cumplí por ella y por mí, por las dos. ¡Además podrían venir quinto y sexto...!». Las niñas, en otra casa. «Yo con mis cuatro chicos, satisfecha y muy feliz».

MARCOS MÍGUEZ

Silvia, madre de 4 hijas: «Yo tenía la intuición de que serían todas niñas»

Silvia tenía un deseo y una intuición. El deseo, desde pequeña, de tener cuatro hijos y la intuición de que iban a ser chicas. Ya sabéis, hay certezas que a priori resultan ilógicas pero al final acaban por darnos la razón. Llego a este hogar coruñés de la zona de los Castros tirando del próspero matriarcado que han ido tejiendo mis amistades, recordando a Louisa May Alcott y a esas cuatro Mujercitas entre las que se distinguía Jo. «Yo lo sabía. Tenía la intuición de que iban a ser niñas. El padre, a lo mejor, a la cuarta se llevó un poco de chasco, no sé..., pero yo creo que también está feliz. Es que esto es algo que viene así, que no se elige», comparte Silvia, que con 37 años y sus cuatro hijas siente que ya cumplió.

¿Ganas de ir a por el quinto y ver si llega el niño?, pregunto pensando en una familia en la que siete veces seguidas salió female. «No, jajaja. Nos vamos a plantar. Estamos muy bien así. A mí me gustan mucho las niñas y en la familia siempre han predominado las mujeres. Tengo una hermana mayor, que me lleva 17 años, y dos sobrinas más o menos de mi edad». En la familia del padre, David, también se imponen las chicas. «Mi marido son tres, él tiene dos hermanas», dice Silvia, que cuenta con humor que el poderío femenino se advierte en el juego y en una conversación que repara en bolsos y abrigos ante la indiferencia de suegro y cuñado. «Bueno, aquí es así, ellos escapan de esas cosas».

SPIDERMAN VS NENUCO

«En esta casa no hay balones ni coches ni camiones», asegura Silvia. Pero verán algún Spiderman descolgándose entre los carritos de bebé. Es algo que nos advierte Carmen, la hija mayor. «A mi hermana Lucía le gusta mucho jugar con Superhéroes», dice y comenta que ella coincide más con María a la hora de jugar, porque les van los bebés y el mundo Frozen. De hecho a los Reyes les pedirá en su carta de este año un tocador de Elsa y Anna, las princesas de Arendelle.

A Carmen Vales le siguen Lucía (4 años), María (2) y la pequeña Inés (4 meses), que aún debe aprender a jugar. El escondite y la pilla son los reyes en la casa de los Vales Taboada, donde la alianza de Nenucos y Barbies gana en simpatías al increíble Hulk y el Capitán América con los que suele jugar Lucía.

Carmen nos atiende a punto (¡solo a unas horas!) de cumplir los 6, desde la portavocía que le da ser la hermana mayor. «Mañana es mi cumpleaños», me dice cuando pregunto si quiere contarme algo en especial. ¿Y cómo lo vas a celebrar, Carmen? «¡Voy a hacer una fiesta en el Spring con mis amigos!». Tus hermanas también irán, ¿no? «No lo sé, ¡porque aún no lo celebré...!», pero Lucía, María e Inés más que invitadas están.

Las chicas Vales Taboada nos reciben preparando la Navidad. ¿Pero cómo, ya estáis montando el árbol? «Sí -dice Carmen-. Estamos haciendo nosotras los adornos. Los hacemos Lucía y yo». ¿Y María? «María está viendo una peli». E Inés, pues aún en brazos en su saquito de bebé.

Les pregunto si querrían algún chico en casa, por eso de variar un poco, por eso que dicen algunos de que en el gusto está la variedad. ¿O qué tal una chica más! Me dicen que tienen un primo y que ellas están bien como están. Así que las dejamos montar a gusto la primera Navidad de Inés.