¿De golpe o por partes?

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HAY DOS BANDOS Los de la zambullida y los que van «por parroquias» tratando de que el shock sea menor. Meterse en el agua, fría como es la que nos rodea, no es fácil. Y más cuando las dos modalidades conviven juntas, salpicándose. Los expertos nos cuentan cómo hay que hacerlo.

30 jul 2016 . Actualizado a las 05:05 h.

Cada año y en cada orilla se reproduce la misma estampa, que solo ve en primera fila el que moja los pies. A un lado, tenemos a alguien que lleva unos diez minutos para que el agua le pase del muslo. Con mucho cuidado y, sobre todo, sobresalto -las olas son traicioneras- esa persona va luchando contra las punzadas de un frío con el que no contaba. Cuando llega al ecuador (oséase, al ombligo) empieza a animarse echándose agua por los brazos, por el pecho y, por último, por la espalda. Eso es criminal. El que se mete mojándose lentamente por parroquias sabe que, además, hay que mojar la nuca. Hay quien dice también que las muñecas. Y en eso está pensando cuando, de repente, entra en escena el de la zambullida. El espécimen, predominantemente masculino, que emerge entre las aguas a golpe de brazada y pataleta para tirarse de cabeza sin contemplaciones y salpicando al de al lado. Diez minutos para esto.

Formados estos dos bandos, hay que saber quién lo hace bien. El médico Manuel Viso nos responde: «El año pasado se registraron 390.000 ahogamientos que en realidad eran paradas cardíacas por hidrocución, lo que conocemos como corte de digestión, aunque en realidad no lo sea». Eso nos da una idea de la importancia de regular ese cambio de temperatura que supone el baño en Galicia. «Cuando entras caliente en el agua, baja la frecuencia cardíaca y se produce una vasoconstricción de las venas y arterias, que se contraen, y por eso la piel se queda fría», explica el experto. Y ya ni hablemos de lo que pasa cuando metemos la cabeza. «Al hacerlo, se produce el llamado reflejo de inmersión, que es mucho más intenso. La sangre se acumula en torno al corazón. Cuando no llega bien al cerebro empieza el cuadro que puede desembocar finalmente en la parada», detalla Viso, que concluye que «lo que hay que hacer es meterse poco a poco».

EL EFECTO «MACHO MAN»

¿Qué es lo que les pasa entonces por la cabeza a los que se meten de golpe? «Es muy probable que eso se deba a lo que se conoce como el efecto macho man», bromea el doctor, que señala además que los golpes abdominales de la zambullida favorecen la hidrocución. Vamos a otro clásico relacionado con el tema, que es el de bañarse justo después del último bocado para hacerlo antes de empezar la digestión. «Yo no me arriesgaría tanto», dice el doctor, que desmiente todos los mitos y recomienda lo que todos deberíamos saber: «Que la gente haga primero la digestión, que si se ingieren comidas fácilmente digeribles solo tienen que esperar hora y cuarto por lo general». ¿Y la leyenda de que es malo comer con el bañador mojado? Pues eso, una leyenda. Lo mismo que eso de que cuando uno se mete por segunda vez el agua está menos fría. «Es una percepción subjetiva», afirma Viso. ¿Qué hay de esos puntos cardinales de la nuca y las muñecas? Pues nada, solo un cuento de la abuela. «Son una parte más del cuerpo, desde el punto de vista fisiológico no tiene nada que ver. Además es casi todo hueso», indica el médico, que deja claro que «antes de meter la cabeza hay que introducir el resto del cuerpo y esperar unos segundos a que este se refrigere, es decir, que hay que ir despacio». Saber cómo actuar con la persona que ya ha entrado en cuadro es igual de importante. «Si empiezas a sentir mareos, náuseas o visión borrosa, sal ya del agua. Si ves que se trata de alguien que ya ha perdido el control, lo primero es también sacarle, levantarle las piernas y mojarle la cara. No hay que darle de beber si no tiene conciencia, porque puede aspirar el agua e ir a los pulmones», apunta.

CINCO LEYENDAS URBANAS

1. No se puede comer mojado Para nada. El médico Manuel Viso nos aclara que el cuerpo ya coge la temperatura cuando hace calor.

2. Primero nuca y muñecas En este caso, los consejos de la abuela de mojar primero esas partes no tienen base fisiológica. «Es como mojar otra zona», dice Viso.

3. Menos fría a la segunda El agua no está menos fría cuando nos metemos por segunda vez. El cuerpo no tiene esa memoria.

4. ¿Hago la digestión? Mejor no arriesgues. Las digestiones son muy variables y no siempre empiezan a los veinte minutos.

5. Siento agujas en los pies El doctor apunta que esta sensación se produce por la contracción de venas y arterias. Se da con más frecuencia en mujeres.