Yo cambié como Adele

YES

MARCOS MÍGUEZ

Jessica, ¿cómo lo has hecho? Vale, no has tenido que bajar tantos kilos como Adele, pero dices que te sobraban diez y ya perdiste ocho. ¡En cinco meses!

05 feb 2020 . Actualizado a las 16:35 h.

Si eres mujer, tienes entre 25 y 40 años, llevas una vida sedentaria y oscilas de peso según tu estado de ánimo, estás de enhorabuena. Eres la candidata perfecta para adelgazar de manera más rápida. ¿Cómo se puede conseguir? Con tres días a la semana de entrenamiento personal y una alimentación sana y equilibrada. 

Es lo que hizo Jessica Longueira Brandariz, una chica de 27 años, residente en la localidad coruñesa de Mesón do Vento, que ha logrado perder 8 kilos y un 11 % de porcentaje graso en cinco meses. Con su 1,58 de estatura, pesaba 68 kilos en abril. Mientras estas líneas se encajan en la página, la báscula le marca un rotundo 60. «No me lo creo. He pasado de una talla M a una S. Me compré un pantalón hace un mes y ahora me cae», explica nuestra Adele particular. Cierto es que Longueira no tenía la necesidad de bajar tanto peso como la cantante británica, pero sí veía que le sobraban unos «kilitos de más» y quería ponerse en forma. Por el camino, se ha encontrado con beneficios con los que no contaba: los catarros han desaparecido de su vida, ha dejado de «picar entre horas y de comer porquerías. Veo la bollería y ni se me va la vista. Si tengo un hueco libre, me dirijo al gimnasio. Voy prácticamente todos los días». En el caso de esta recién graduada en Magisterio Infantil, el artífice de la gesta fue Luis Durán, director de Entrenamiento y Salud Coruña. Durán recuerda que la primera vez que vio a Jessica pensó que era un caso de libro. «Tenía un porcentaje graso bastante elevado y necesitaba la intervención de un nutricionista para organizar su alimentación». Además, Jessica estaba desmotivada, porque había tenido etapas previas de ir al gimnasio, pero siempre acababa dejándolo. 

El antes, con ocho kilos más hace cinco meses: 

«Esa es la diferencia entre un entrenamiento personal y un gimnasio», explica Durán. «Aquí los clientes no son uno más». Y te acabas enganchando. El encargado de coordinar las sesiones de Jessica fue Dani Campo (en la foto), miembro del equipo de Entrenamiento y Salud Coruña. «Le pautamos tres días a la semana, pero ahora ella se autoimpone uno o dos días más». Y Jessica reconoce: «Al principio sufrí bastante. El trabajo con la cinta elástica y la de correr me suponía mucho esfuerzo. También me costaban un montón las sentadillas y las flexiones. Ahora voy sobrada». Le preguntamos si tiene miedo de acabar estando demasiado musculada. «Yo me noto normalita. Mi cuerpo ha cogido forma, pero no estoy musculada. Quizás se me note más en las piernas. Es la diferencia entre estar como Elsa Pataki o Cristina Pedroche. La primera luce un cuerpo tonificado y la segunda, no. Aunque las dos cuentan que hacen bastante ejercicio». 

SOLO CON DEPORTE NO VALE

La pregunta es: ¿Habría podido conseguir su objetivo solo con ejercicio? «Sí. Pero con una alimentación sana y descanso». ¿Qué se entiende por alimentación sana? Cenar siempre un Cola-Cao con galletas vale? Va a ser que no. Luis Durán describe cómo sería el plato perfecto: La mitad con vegetales, un cuarto de carbohidratos (arroz, pasta, patata o legumbres) y otro cuarto con proteína (pescado o carne). Lo difícil es gestionar el apetito voraz al llegar del gimnasio. Afortunadamente, esa sensación de querer comer lo primero que te encuentres en la nevera, y cuanto más grasiento mejor, se puede evitar. 

Según Durán, «se busca que el organismo esté recibiendo nutrientes continuamente, para que no salten las alarmas». Eso a Jessica le pasaba continuamente al principio, pero la dieta de su nutricionista Álvaro Naya, del equipo de Durán, le puso las cosas fáciles. «Al principio, me daba mucha hambre pero ahora lo tengo controlado. Además, cada dos semanas me cambian la dieta, lo que te facilita las cosas». Para esta vecina del concello de Ordes, el táper es su mejor amigo. «Me voy con él a todas partes, con lo que me toque comer ese día. Ya me he habituado a eso». También tiene un día de descanso en el que no se priva de nada. «Ni siquiera de gominolas».