Así te seduce el súper

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MARIA PEDREDA

TODO ESTÁ PENSADO  En los grandes almacenes nada está colocado así por capricho. Toda la experiencia de pasear por los estratégicos pasillos está enfocada a que los consumidores llenemos más el carrito.

21 mar 2015 . Actualizado a las 08:55 h.

Piensa. ¿Cuándo fue la última vez que fuiste al supermercado a por una barra de pan y no saliste pertrechado con toda clase de productos y alimentos que no tenías previsto comprar? El supermercado es un peligro. Pasearse por sus estudiados pasillos sin caer en la tentación es toda una hazaña. Y es que, por sorprendente que parezca, los grandes almacenes están pensados al milímetro para seducirnos y hacernos caer en las peligrosas redes del consumismo desorbitado. Durante el paseo por el almacén cada uno de los sentidos va cayendo en un juego de embaucamiento que se salda con carritos llenos y carteras sufridas. Y eso que cargarlo no es algo fácil. Los carritos son cada vez más grandes y están pensados para que la compra semanal de una familia media no consiga atiborrarlo. ¿La razón? Las cestas vacías nos generan mucha inseguridad y hacen que acabemos llenándolas con cosas que no necesitamos.

Caminar por el supermercado es casi parecido a correr una maratón. Los productos básicos siempre son colocados al final del recorrido y suelen estar dispersos (nunca encontrarás el pan al lado de la leche o de los huevos) en un intento de hacernos dar vueltas consiguiendo que estemos más expuestos a múltiples tentaciones. De esta forma, cuantos más impactos visuales recibas de otros alimentos, más facilidad tendrás para picar.

SOBRE TODO, BONITO

La percepción juega un papel básico a la hora de hacer la compra. Nunca meteremos en el carrito fruta que tenga un color poco atractivo ni carne o pescado que no parezca fresco. Aquí, las luces son las encargadas de engañarnos la vista. La carne y el pescado suelen presentarse sobre un fondo blanco e iluminadas con una luz led de color rojo o azul, consiguiendo así que parezcan más frescos. Los colores que componen las paredes y el mobiliario del supermercado también están escogidos pensando en el impulso del consumo. Los colores cálidos animan a ser contemplados y, como consecuencia, a ser consumidos.

Nos embaucan, juegan con nuestro subconsciente y a veces consiguen engañarnos. Pero existen fórmulas para plantar cara a las estrategias de márketing de los supermercados. Salir de casa con una lista de las cosas que realmente necesitamos conseguirá encorsetar un poco nuestra tendencia consumista. Además, hay que evitar ir con hambre a hacer la compra, porque el estómago vacío es un enemigo del ahorro. Ahora que sabes cómo nos seducen, caer o no en la tentación, es cosa tuya.