Rodrigo Corrales, cangués y promesa del balonmano español, se mide hoy con el Huesca a su exquipo en O Gatañal
26 oct 2013 . Actualizado a las 06:00 h.Rodrigo Corrales (Cangas, 1991) se define como uno de esos gallegos «con morriña». Por eso para el jugador del Huesca, formado en el equipo de balonmano de su localidad, volver a O Gatañal es «una de las cosas más especiales» que le pueden ocurrir en su carrera, aunque sea como visitante. Esta tarde (16.15 horas, TVG 2) vivirá esta experiencia por cuarta vez.
«Es una mezcla de emociones, sentimientos, recuerdos... Y muchos nervios, también», admite. Destaca que le supone regresar a la que sigue considerando su casa. «Siempre me reciben muy bien. Es una pista con tradición y con un gran ambiente. Si es especial para cualquier jugador, cómo no va a serlo para mí», dice.
Al otro lado están, incluso, amigos que empezaron con él y que con el tiempo han llegado al primer equipo. «De mis años en el Cangas recuerdo lo bien que lo pasábamos de niños disfrutando con nuestro deporte y con los viajes de los fines de semana. Esa etapa de formación siempre es especial y te marca», señala. Quizás por eso, se sigue considerando un aficionado más del club. «Mi familia y amigos lo son y, aunque no me desearán un mal partido, irán todos con el Cangas», se resigna.
Él hoy quiere ganar, aunque espera «seguir viendo al Cangas arriba» el resto de la temporada. «Creo que están muy bien, fuertes en casa como siempre y, a mayores, con buenos resultados fuera. Tienen un año más de experiencia en la categoría y la vuelta de Muratovic les ha dado un plus de calidad y confianza que se está notando. Va ser un partido complicado para nosotros», anticipa.
Ellos vienen de ganar y están un puesto por encima del Cangas, con los mismos puntos. Aunque el choque del año pasado, cuando perdieron por uno, queda lejos, lo tendrán presente. «Nos sirve para ver que si llegamos a la recta final muy igualados, es difícil que nos vaya a salir cara», comenta.
La selección, en el horizonte
En lo personal, Corrales está centrado en el Huesca, donde vive su segunda temporada en calidad de cedido por el Barcelona, al que llegó en el 2006 procedente del Cangas y a dónde no se pone como meta inmediata volver. También ha sido ya internacional. «No es momento de pensar en eso, aunque tampoco de cerrar puertas. La portería en la selección está cubierta y tengo que seguir trabajando duro en mi equipo», reflexiona.
Su futuro también pasa, espera, por volver a Cangas para quedarse. «Echo de menos muchas cosas. Siempre digo que me encantaría», finaliza.