La vida sorteando escaleras en el barrio vigués de Coia: «Estamos secuestrados»

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Los vecinos denuncian el abandono de las calles Moaña, Bueu y Marín

05 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«Estas son las escaleras que me tienen presa». Juana, vecina de la calle Bueu, señala los escalones que separan la calle de su domicilio. Hay veces que no tiene fuerzas para poder sortearlas y entonces necesita ayuda. Los residentes dan cuenta de muchas situaciones en las que hay que portar a personas en silla de ruedas o con movilidad reducida porque no pueden sortear los numerosos escalones que hay entre los edificios. «Un señor tuvo que dejar su casa al quedarse en silla de ruedas. Se fue a López Mora», afirma. Los vecinos continúan esperando por un proyecto de humanización que les había prometido el alcalde en 2019. El plan consistía en la sustitución de las escaleras por rampas para hacer mejorar el acceso a los edificios. La ejecución del proyecto estaba presupuestada en 1,2 millones de euros, pero por el momento el entorno continúa muy deteriorado.

Esta situación es una muestra de la falta de atención de la zona que denuncian los vecinos y que además se extiende hacia las calles Moaña y Marín. La humanización del entorno peatonal entre los edificios continúa siendo una asignatura pendiente. Fruto de la falta de mantenimiento, las barandillas están oxidadas y numerosas losetas están sueltas con el consiguiente riesgo de caídas.

El barrio nunca se ha modernizado y está lleno de barreras arquitectónicas. Muchas de aquellas parejas jóvenes que empezaron a poblar este barrio de Vigo durante la segunda mitad del siglo pasado, son personas mayores con problemas de movilidad que tienen grandes dificultades para salir de sus casas.

Problemas en la calle que no se arreglan acaban afectando a propiedades particulares. A Mari Carmen Davila, vecina de la calle Moaña, en Coia, vio como un socavón enfrente de su domicilio se fue haciendo cada vez más grande. El agua de la lluvia se filtra por ahí y está llenando de humedades el trastero y agrietando las paredes. Técnicos de Aqualia acudieron al lugar pero no hicieron nada porque aseguran que la avería se encuentra en un espacio que no es público.

Ese es el gran problema que tienen los vecinos que viven en las calles Marín, Moaña y Bueu. Al Concello no le consta como propiedad municipal el área exterior de los bloques de edificios, donde hay aceras, escaleras y zonas verdes. La mayoría de los vecinos son pensionistas y tampoco tienen recursos como para hacerse cargo del mantenimiento. Reclaman el Ayuntamiento que adecente el lugar donde viven para que encuentren un espacio digno cuando salen a la calle, como los ciudadanos de cualquier otro barrio de la ciudad.

El presidente de la asociación de vecinos Camino Vello de Coia, José Costas, alerta además que por esos viales estrechos no caben camiones de bomberos y que podría ocurrir una desgracia en caso de producirse un incendio. La asociación vecinal demanda al gobierno local que saque del abandono esta zona que su presidente apoda, cariñosamente, como «las favelas de Coia», dado que se ve muy degradado después muchos años sin mantenimiento y áreas en las que se nota una total falta de limpieza.

«Aquí vive mucha gente mayor. No es normal que se encuentre así de abandonado. Queremos que se tenga en cuenta lo que piden las asociaciones», afirma la presidenta de la federación de vecinos Eduardo Chao, María Pérez, que ayer inspeccionó la zona con las brigadas vecinales de los barrios.

Los vecinos han dirigido en numerosas ocasiones cartas al Ayuntamiento mostrando su malestar por el estado del barrio. En respuesta a una ciudadana, la administración local contestó que la zona es competencia de la Xunta, pero esta otra administración argumentó que es el Ayuntamiento el responsable de tener el entorno en buen estado. Hay una queja presentada ante la Valedora do Pobo desde el año pasado. El Concello aún no le ha remitido la información requerida en relación con la queja, a pesar de que ya se lo ha demandado en dos ocasiones, informa la denunciante. «Estas calles son un trastero, no miran por nosotros», protesta una vecina de la calle Bueu.