Premio a la farmacia de A Illa que pregunta a sus clientes «¿qué tal estás?»

Bea Costa
Bea Costa A ILLA / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Cedida

La botica de Carlos Casal dispensa un servicio de salud de los pies y el de «Cuidando a los cuidadores»

05 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La de Carlos Casal es una de esas farmacias que ofrecen mucho más que la venta de medicamentos y productos de higiene y salud y eso ocurre porque su titular aplica aquello de que las boticas deben desempeñar, además, una función asistencial. El viernes se cumplieron catorce años desde que se instalara en A Illa, una celebración que se suma al Premio a la Farmacia Gallega Destacada que le acaba de conceder Acmfarma al amparo de los Premios Excelencia Farmacéutica.

El jurado destaca el servicio de salud de los pies y el de «Cuidando al Cuidador» por los que Carlos Casal apostó y ganó. «Fue una bendita locura que funciona gracias al equipo que está detrás», dice en alusión a Salva, Loli, Teresa, Martín y Paula, y también a Lorena, una estudiante de Bellas Artes que hizo los dibujos de los pies que emplean en las plantillas que utilizan en la farmacia.

Este farmacéutico natural de Marín está especializado en ortopedia y pensó que desde su negocio podía ayudar a mejorar la salud de los pies, esos grandes olvidados a los que no se les da toda la importancia que merecen y que «no son ninguna tontería», apunta Casal. «Los pies pueden llegar a producirte una incapacidad». En primera instancia atienden al cliente en una sala habilitada para tal fin donde se le abre una ficha y se hace una primera exploración, y si el callo, el juanete o el espolón calcáneo lo requier, derivan a la persona al podólogo o al médico de familia. Es una primera criba que puede evitar males mayores a la que pueden acceder personas de todas las edades, aunque los más jóvenes no suelen preocuparse mucho por sus pies más allá de lo dejan ver las sandalias.

Tampoco son mayoría entre los usuarios del servicio «Cuidando al cuidador» concebido para todo aquel que está a cargo de una persona con dependencia que precisa de atención permanente las 24 horas. «Es lo más querido de todo lo que hacemos y también lo más duro. El síndrome del cuidador es una patología que puede provocar depresión, insomnio, problemas musculares y de otra índole a quien lo sufre», explica Casal. ¿Pero cómo se detecta este síndrome?. En la farmacia isleña tienen su propio sistema. «Nadie se lo pregunta a los cuidadores, pero nosotros le preguntamos: ‘¿Y tú como estás, duermes bien?'».

Un gesto tan sencillo es a veces suficiente para animar a la gente a soltarse y valorar mediante un test si es necesario derivarlo al médico o a un psicólogo. «El 90 % de los usuarios son mujeres que dejan su vida social para cuidar a otras personas ahorrándoles recursos al sistema, y esa mochila es muy pesada». Carlos Casal se ha propuesto aligerarla, bien sea invitando a los cuidadores a que hagan vida social, aconsejándoles sobre cuestiones de salud mental o enseñándoles a colocar unos pañales o hacer una cura. Así seguirán haciéndolo, ahora con el aliciente a mayores que supone el premio que recibirán el día 18 en Vigo.