28 jul 2017 . Actualizado a las 19:22 h.

Freire es un apellido muy de Bouzas que ha dado navieros, armadores, conserveros y que hasta se retorció en Refrey para fabricar máquinas de coser. No todos son de la misma familia, porque en Bouzas llamarte Freire es como llamarte García en Valladolid. En el burgo marinero conviven muchos sin parentesco alguno. Uno de sus grandes linajes es el de los descendientes de Paulino Freire, armador y constructor de barcos a caballo entre los siglos XIX y XX. En 1905 fundó sus astilleros, con el objetivo principal de reparar los buques de su flota, que iban en pareja por el mundo pescando bacalao. Construcciones Navales Paulino Freire, hoy Freire Shipyards, es el resultado de mucho trabajo y más sentido común. Con ambos avales, prosperaron mientras sus competidores naufragaban, a menudo porque las generaciones sucesivas sólo estaban interesadas en dilapidar el patrimonio familiar.

No sucedió así en Freire. Donde los propietarios se han deslomado a estudiar y a trabajar para poner a su empresa donde ahora está. ¿Y qué lugar es ése? Pues uno donde esta semana se entrega un oceanográfico al Perú. Y próximamente un buque escuela a Indonesia. Y donde se trabaja ya en dos arrastreros para Groenlandia y otro buque científico para Arabia Saudí.

Freire en su historia ha tenido hitos como el mayor pesquero del mundo: el Willem van der Zwan, de 142 metros de eslora en 1999. O el Pegaso, el mayor yate de recreo construido en España. También el Sarmiento de Gamboa, bandera de la ciencia del CSIC. Y la lista de éxitos sería interminable.

Qué mejor le hubiera ido al sector naval de Galicia si se hubiera apellidado Freire...