Cuando la arena manchaba de «pichi»

VIGO CIUDAD

El accidente del «Polycommander» sembró de petróleo las playas de Vigo durante toda una década

22 ago 2016 . Actualizado a las 23:26 h.

Hubo un tiempo en que los niños de Vigo encontraban petróleo. Sucedía cada vez que iban a la playa y rascaban la arena con el cubo y la pala. «¡Sal de la orilla, que te vas a manchar de pichi!», gritaban las madres en Samil y O Vao. Y aquellos infantes volvían corriendo a la toalla con las manos negras de Light Arabian. Ese era el tipo de petróleo que había vertido en la ría un petrolero de nombre ya mítico para toda una generación: Polycommander.

A los niños nos gustaba decir Polycommander porque sonaba a robot maléfico de los que el Barón Ashler y el Doctor Infierno enviaban contra Mazinger Z. Si hubiesen hecho un juguete y le hubieran puesto ese nombre, todos lo hubiéramos pedido en la carta de Reyes.

Pero el Polycommander entrañaba una tragedia, que dejó su huella negra en las playas durante toda la década de los 70. La catástrofe se desató en la madrugada del 5 de mayo de 1970. El buque, en ruta entre Sidón (Líbano) y Donges (Francia), había entrado en la ría de Vigo para desembarcar a una camarera, Karin Alstad, que había enfermado y que quedó ingresada en una clínica de la ciudad. Poco después de reemprender la ruta, el petrolero embarrancaba a las 4.20 horas, frente a la isla de Monteagudo, en la boca norte de las islas Cíes.

Producto del impacto contra las rocas, se rompieron los tanques 5 y 6. Y fueron vertidas a la ría 15.000 toneladas de crudo Light Arabian, unos 18 millones de litros, un tercio de las 49.414 toneladas que transportaba.

El petrolero se incendió, hubo explosiones y la ría amaneció con una densa nube de humo negro. No hubo muertos, pese a que así lo asegura la leyenda que se forjó sobre el accidente. Los 39 tripulantes fueron rescatados. Aunque marineros de un barco que intentó sofocar el fuego resultaron heridos.

El Polycommander fue uno de los primeros grandes accidentes de superpetroleros en el mundo. De hecho, su accidente fue portada de la revista New Yorker, con un reportaje sobre los peligros de las mareas negras. Tras él, en Galicia llegarían los siniestros del Urkiola, el Mar Egeo y el Prestige.

Sin embargo, ya había habido otros vertidos de crudo en Galicia antes de 1970. El Janina provocó una marea negra frente a las Cíes en 1957, al igual que el Yanxilas en 1965. Pero el Polycommander sí representaba una nueva generación de buques con una capacidad de carga que, en caso de accidente, podría desencadenar una catástrofe ecológica de repercusión planetaria.

Los trabajos de rescate funcionaron bien. De hecho, los buques Campaláns, Campollano y Camponalón consiguieron rescatar y trasvasar la mayor parte del crudo al petrolero Albuera.

El Polycommander no se hundió. Fue desencallado ya en julio de 1970. Unos armadores griegos pagaron 28 millones de dólares por el barco quemado, que fue fondeado primeramente frente a la playa de Barra. Más tarde lo llevaron al puerto del Pireo, en Grecia, donde fue reparado y volvió a prestar servicio hasta el año 1985, en que entró en desguace.

Pero, aunque la figura siniestra del petrolero desapareció de nuestra ría, su legado en forma de toneladas de crudo continuó enterrado en la arena de la playa. Era aquello que nuestras madres llamaban pichi, antes de que se acuñase la palabra chapapote. Y que dejaba a los niños las manos negras de Light Arabian.

la bujía del domingo verano de 1970 Por Eduardo Rolland

Entró en la ría para desembarcar a una camarera enferma, que fue ingresada

Unos armadores griegos se llevaron el barco al Pireo, donde fue reparado