Villalobos une a Nóvoa y Ferrín en un libro exclusivo

VIGO CIUDAD

26 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Se podría decir que Nelson Villalobos ha actuado de alcahueta en la unión creativa que se ha producido entre Leopoldo Nóvoa y Xosé Luis Méndez Ferrín. El pintor, escultor y serígrafo cubano, que dirige en Vigo uno de los talleres de serigrafía artística con más proyección de Galicia, llevaba años persiguiendo a su amigo Nóvoa para hacer una edición especial de su obra gráfica: «Maestro, tiene usted aquí un material que puede ser la repera», recuerda con humor que le dijo. Pero la chispa surgió cuando coincidieron el poeta vigués, el grabador y el artista pontevedrés en la casa de este último, en Armenteira.

Fue ya hace dos años cuando el cubano puso en contacto a Ferrín con Nóvoa, que no se conocían personalmente. «Ferrín fue a su casa, volví a sacar el tema y ese fue el germen del trabajo que hoy por fin se presenta al público». La obra es un álbum que lleva por título ALBH, del que se ha realizado una edición exclusiva de veinte ejemplares que está compuesto por cinco serigrafías originales manipuladas de Leopoldo Nóvoa que van acompañadas de un poema de Méndez Ferrín.

El resultado de esta extraordinaria colaboración a tres bandas es «una edición muy cuidada y exquisita, donde el método de producción es muy laborioso, ya que combinar lo impreso, el collage, la manufactura del color y la madera pegada implicó un abandono de los mecanismos de reproducción a favor de lo artesanal, logrando realizar un álbum que cumple todas las condiciones de lo que llamamos 'un original'».

La presentación, que se desarrollará hoy a las 20 horas en el salón de actos del Museo de Arte Contemporáneo de Vigo, correrá a cargo del crítico de arte Carlos López y contará con la presencia de los tres implicados en el proyecto.

Para Nelson Villalobos la serigrafía es una pasión. «Para mí editar es tan importante como escribir o pintar». El artista empezó a principios de los 80 en La Habana a desarrollar esta faceta con la que continuó en importantes talleres como René Portocarrero en Barcelona o Arte y Naturaleza en Madrid, realizando obra de Genovés, Chirino, Canogar, Gordillo, etc. A Vigo llegó por primera vez en 1997 con el encargo de hacer un mural en la Zona Franca de Bouzas y se quedó. Hace cinco años abrió su propio taller de serigrafía. «No imprimimos camisetas -advierte con sorna- hacemos reproducciones de obras de arte en series limitadas firmadas por cada artista y a la vez somos editores. Muy cerca del taller está su estudio. Actualmente, Villalobos prepara una exposición que albergará próximamente la Casa das Artes.