«Alguien manipuló o colocó explosivo»

Monica Torres
mónica torres TUI / LA VOZ

TUI

XOAN CARLOS GIL

En una declaración por videoconferencia desde la prisión de A Lama, el dueño del zulo de Tui desmiente a los Tédax y dice que no guardaba productos con pólvora

09 nov 2018 . Actualizado a las 14:26 h.

Francisco González Lameiro, en prisión por la explosión de un zulo ilegal en Paramos el pasado mes de mayo, niega que en el almacén que saltó por los aires hubiese pólvora, ni material acabado, ni semiacabado y también que allí se elaborara. Así lo ha declarado a la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Tui en la comparecencia que hizo por videoconferencia desde la prisión de A Lama el pasado 25 octubre. En esta declaración, a la que ha tenido acceso La Voz, el único investigado asegura que no había pólvora, pese a que el informe del Tédax (Técnicos Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos) de la Guardia Civil sostiene que fueron las más de 2,5 toneladas de sustancias explosivas acumuladas las que arrasaron con todo lo que había en un radio de 800 metros.

González Lameiro se ratifica en las declaraciones anteriores y sigue manteniendo que «tuvo que ser alguna persona que manipuló o colocó algún explosivo para que se produjera la explosión». «Resulta imposible que con el material que tenía almacenado en la nave, de nitrato y azufre, se hubiera producido la explosión en las magnitudes a que dio lugar», mantiene tras pasar más de cinco meses en prisión preventiva.

Sobre lo que había en el galpón que voló el 23 de mayo a las 16.25 horas, provocando la muerte de dos personas y dejando a decenas de familias de Tui sin casa, González Lameiro declara que en la nave no tenía ninguna mesa para elaborar productos pirotécnicos, ni químicos y que había muebles de madera de una casa que arregló.

Sobre la procedencia de los materiales, indica que su proveedor era Nitro Paris, «al que le compraba materia prima, básicamente nitrato potásico y aluminio, y no material ni intermedio ni acabado». Sostiene que el producto finalizado se hacía en la pirotecnia La Gallega, empresa que posee a varios kilómetros de donde se produjo la explosión, en la parroquia de Baldráns. Según González Lameiro, «la pirotecnia tiene una capacidad de unos 1.100 o 1.200 kilos para producto terminado y de entre 1.100 o 1.200 de intermedio. En ambos tenía prácticamente el máximo». Explicó que su empresa también tiene almacenes en la parroquia de Valeixe, en el municipio de A Cañiza, para productos terminados.

El único investigado hasta la fecha sostiene que «en la pirotecnia La Gallega no tenía más material intermedio o acabado del permitido, ni lo llevó a la nave que explosionó».

Descarga de sacos

En respuesta a las preguntas de los abogados, González Lameiro, afirmó que el único que entraba en la nave era él, «que todo el barrio sabía lo que tenía allí en esos momentos, que nunca ocultó nada». Afirma que lo veían llegar con el furgón y descargar sacos, tubos, varillas pero que cree que «no sabían los vecinos que tuviese nitrato, muebles o maquinaria». Recordó que era un sitio «que no estaba oculto», que muchos de los afectados «son familiares», concretamente de su mujer, y que su hija «también vive cerca».

El dueño del zulo también declaró que «nadie le pudo ver manipular nada porque allí no trabajaba con material pirotécnico». La versión de González Lameiro es que él acudía al lugar a diario «a ver los animales que allí tenía y a limpiar la finca» y que piensa que los trabajadores de la pirotecnia sabían que «allí tenía las varillas».