La última ostrera echa de menos Vigo

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

SOUTOMAIOR

Oscar Vazquez

Isabel Seoane será homenajeada en Arcade después de 40 años en A Pedra

03 abr 2024 . Actualizado a las 00:14 h.

La guía conduce a los turistas hacia el puesto de ostras Isabel de A Pedra. Se detienen allí y la líder exclama: «Ahora, José les va a explicar cómo se abre una ostra». La comitiva es recibida con alborozo por los restaurantes en una mañana fría y lluviosa en la que José Rodríguez Seoane introduce la punta del cuchillo y abre el molusco rugoso delante de un nutrido grupo de curiosos cubiertos con impermeables. «Mi madre no está aquí, está con mi padre en Arcade», cuenta el ostrero, que constituye la cuarta generación de un negocio familiar con muchos lustros. Fue la abuela de Isabel Seoane Amoedo la que abrió el mostrador de ostras en A Pedra cuando no existía el hotel Bahía y había un mercado. Las que no cabían dentro montaban un puesto en la calle y así nació la tradición de las ostras.

Isabel va a ser homenajeada el próximo viernes en la XXXVI Festa da Ostra de Arcade. «Yo no me he jubilado, sigo teniendo el puesto, pero lo lleva mi hijo», aclara la mujer que estuvo más de 40 años abriendo bivalvos planos y rizados en una calle que ahora está cubierta y por la que antaño pasaban los coches. «Es un oficio que me gusta mucho», asegura. En la pandemia, su hijo le aconsejó que se quedase en casa. Había llegado el momento de cuidarse y descansar un poco y es que Isabel ha llegado a abrir «más de 500 ostras en un día de verano». En invierno había días de muy poco trabajo soportando el viento helado.

Es la última ostrera de A Pedra, las demás ya no están: «Éramos cuatro de Arcade y solo quedo yo, por eso me hacen el homenaje a mí». Isabel llegó por primera vez a A Pedra «con 17 o 18 años». Su madre tenía el puesto. «En mi casa hubo ostras siempre, pero yo empecé a trabajar en una carnicería y luego los fines de semana venia a Vigo a ayudar con mi hermana». Así estuvo más de cuatro décadas. Luego cogió a un empleado, Manolo. Hace tres años dejó la humedad persistente de la zona. «Mucho tiempo eché de menos el trabajo en A Pedra. Tenía muchos amigos y mucha gente venía a verme y a comprar mis ostras», señala con nostalgia. Después de tantos años de madrugones y lucha, ha aprendido a disfrutar de la familia. «Mi marido trabajó muchos años en Álvarez, en Ponte Sampaio. Ahora vamos mucho a Portugal a darnos paseos y a comer, yo quedo con las amigas...», dice la ostrera, que recibió en el 2017 la Medalla al Trabajo que le impuso el Gobierno de Mariano Rajoy, una petición que fue impulsada por vecinos de Vigo y para la que hizo una gran campaña José Manuel Tobío, un estibador firme defensor de las tradiciones en el casco antiguo.

En el puesto que ahora atiende su hijo todavía se puede ver la foto de Isabel Seoane flanqueada por la vicepresidenta del Gobierno de entonces, Soraya Sáenz de Santamaría, y la ministra de Trabajo Fátima Báñez. Ahora aguarda al próximo viernes para recibir el reconocimiento del Concello de Soutomaior. «No he preparado nada, pero diré unas palabras, poca cosa», confiesa, sencilla. El alcalde, Manuel Lourenzo, ha elegido las manos de Isabel abriendo una ostra como cartel anunciador de la edición de la fiesta que se celebra el próximo fin de semana. Son las manos de una gran trabajadora que ha promocionado Arcade y Vigo por todo el mundo. «Ahora queda poca ostra de Arcade. Casi toda viene de Cambados».

Pero la tradición manda y Soutomaior apura los preparativos para una de las citas gastronómicas ineludibles. Arcade, los días 5, 6 y 7 de abril, tendrá un programa que se abrirá con un pregón a cargo del escritor y profesor Manuel Lourenzo González. Durante los tres días de fiestas habrá un plan especial de tráfico diseñado por la Policía Local con el objetivo de garantizar la seguridad vial de las 30.000 personas, que se estima que acudirán a la zona del peirao en los días que dura la celebración. El Concello había previsto arrancar este domingo 31 de marzo con la celebración de la Carrera Infantil de la Ostra, cita que finalmente fue retrasada ante el pronóstico de mal tiempo. El alcalde del municipio mira al cielo y cruza los dedos.